Publicidad

Jeannette von Wolfersdorff y el desafío de rediseñar el Estado en tiempos de complejidad

Publicidad
Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
Ver Más

La economista fue la invitada a La Mesa de esta semana. Acaba de publicar “La fascinante complejidad de nuestros sistemas”, un libro sobre la necesidad de una nueva arquitectura institucional. Dice que en Chile “no abordamos ningún sector económico con una mirada sistémica”.


Jeannette von Wolfersdorff es una economista a la que le gusta incomodar al establishment económico criollo, pero que nos obliga a pensar “fuera de la caja”. La consejera del Consejo Fiscal Autónomo acaba de publicar su nuevo libro: La fascinante complejidad de nuestros sistemas.

Ahí explica cómo los sistemas institucionales y democráticos actuales no están acordes con la complejidad del siglo XXI, lo que resulta en polarizaciones que tienen en jaque a las democracias tradicionales.

La también consejera del Consejo Fiscal Autónomo fue la invitada a La Mesa de esta semana. Dice que es urgente avanzar hacia una nueva arquitectura institucional estatal, más dinámica y capaz de responder a los desafíos de una economía y una sociedad cada vez más complejas.

La economista plantea una crítica profunda al funcionamiento institucional chileno y propone una hoja de ruta basada en la ciencia de la complejidad para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

En una conversación clara y sin eufemismos, Von Wolfersdorff denuncia uno de los males más arraigados del sistema chileno: “Nosotros no abordamos ningún sector económico con una mirada sistémica. Ninguno”, dice. Esta afirmación resume la desconexión entre las políticas públicas y la realidad interdependiente y dinámica del país. El enfoque fragmentado –agrega– impide enfrentar problemas complejos como la crisis climática, la desigualdad o el estancamiento económico con eficacia.

Para la economista, el punto de partida es repensar el diseño del Estado. “Esto requiere una regulación ágil, un Estado ágil… y no hemos entrado en esta conversación más profunda: qué significa esta agilidad para el diseño institucional”. En tiempos de cambio acelerado, las instituciones deben dejar de ser rígidas y transformarse en organismos vivos, capaces de aprender, adaptarse y actuar con sentido de propósito.

Pero ese propósito, advierte, tampoco está claro. “El gran pendiente también de Chile no es solamente el diseño de la institucionalidad estatal, sino acordar una visión: cómo vemos la economía, qué sectores y qué tipo de empresas queremos que crezcan”. La ausencia de una visión compartida, sumada a un diseño institucional desalineado, generan un terreno fértil para la evasión de normas y el uso estratégico de las reglas por parte de los actores más poderosos: “El regulado siempre va a tratar de evadir la regulación. Esto no es no ético, sino un desarrollo natural”.

Frente a esta realidad, su propuesta es concreta: incorporar los aprendizajes de la ciencia de la complejidad al rediseño institucional. “Esto no es posible en la institucionalidad actual (…), mi invitación es pensar cómo inspirarnos en la ciencia de la complejidad para hacer este rediseño”.

Aunque no es optimista sobre la capacidad actual del país para lograrlo, sí mantiene la esperanza: “La ciencia tiene estudiada la complejidad y podríamos aplicarlo, pero también deberíamos conocer los obstáculos para no aplicarlo”. Reconocer tanto las herramientas disponibles como las resistencias internas es, quizás, el primer paso hacia un Estado a la altura de sus desafíos.

Publicidad