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La toma de Bagdad

Las famosas inspecciones llegan hoy a su fin. El broche de oro lo pone el animador y humorista del afamado ToNight Show de la red televisiva NBC, Jay Leno cuando dice: "que Bush es el mejor Presidente- estratega militar que han tenido. Primero desarma al Irak, y después lo ataca." Frente a unos ataques que ya se dan como hecho, el procedimiento diplomático que se juega en la ONU parece haber pasado a segundo plano.


Se reúne el Consejo de una ONU que ve erosionado su prestigio, mientras por el otro lado ya no se habla del derrocamiento de Sadam, ni de su suerte. Tampoco son tema la posibilidad del exilio del líder iraquí ni la division entre el núcleo militar que lo acompaña.



En las cúpulas políticas y en los medios de comunicación que cuentan en este conflicto, todo ahora es número y objetos mientras que las personas parece haber desaparecido del paisaje.



El operativo secreto es casi perfecto, y la fecha del ataque definitivo solo se sabrá cuando ocurra. Consultada por El Mostrador.cl una fuente irakí, negó que estén operando en Irak comandos infiltrados de Gran Bretaña y Estados Unidos
dispuestos a hacer explotar pozos de petróleo y arsenales para dar el vamos a la justificación final del ataque.



El orgullo de los iraquíes es tan grande, que se resisten a creer en un acorralamiento que empezó con la Resolución 1441, por eso es que los que se tomarán pronto Bagdad, no necesitan otra resolución. Las inspecciones ya han hecho el trabajo sucio, y el esfuerzo de Francia, Alemania y Rusia, resultó tardío.



Frente a este plan de instalación en Bagdad por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña, discutido entre ellos tantos meses antes, los columnistas preclaros de los diarios importante desaparecieron. Se cansaron de advertir frente a un esquema que parece pueda ser alterado.



El tema ahora es la toma de Bagdad. Una ciudad diezmada que pasó a ser personaje y prenda del apetito militar de una fuerza expansiva. Esa misma sensación la describía el historiador Tácito, cuando las fuerzas romanas se tomaban Britannia, hoy Inglaterra.



Por un lado a Bagdad se fragmenta en calles donde habrán batallas y el resto del Irak es un avance hacia una ciudad que se despedaza. Es un paisaje sólo animado por objetos físicos que se mueven y despiden metales ardientes.



Los aviones ya despegan para el ataque inminente, el quizás ultimo informe de los inspectores de la ONU, pierde relevancia. Tampoco la tiene la discusión sobre una segunda resolución, y la ONU – su núcleo pensante, si lo sigue teniendo- debe decidir en una salida más honorable.



Las famosas inspecciones llegan hoy a su fin. El broche de oro lo pone el animador y humorista del afamado ToNight Show de la red televisiva NBC, Jay Leno cuando dice: "que Bush es el mejor Presidente- estratega militar que han tenido. Primero desarma al Irak, y después lo ataca."



Como si esto no fuera poco, el columnista William Safire, está convencido que la toma de Bagdad representa la liberación de un mundo que se sentía oprimido por la existencia de Sadam, fabricantre de todos los males futuros que se habían previsto.



De pronto en The Guardian, paladín inglés de la opinión libre y racional, desprovista de sesgos coyunturalistas, en el momento en que se necesitaban las opiniones con la lucidez que resta, se abstiene de publicar a los columnistas.



Como parte de la construcción mediática genial de este episodio , hacen emerger a la figura de Stalin en el 50 aniversario de su muerte. En todos los medios importantes que habían estado en contra de esta siniestra opereación, se destilan análisis e hipótesis que cobran actualidad.



Son los mismo bigotes, la misma postura, el arraigo en el poder que Sadam, la misma fama de satán. El paralelo emerge claro: el mundo se libera de otro Stalin, como aquel que había planficado la invasión de los Estados Unidos.



Pero también la prensa se concentra en la prioridad de hoy y en la etapa que ya se vive: la guerra. Los medios giran ahora en los tópicos propios de las batallas, y aparecen los especialistas desplegando lo que saben y los que inventan. Estrategias, armamentos, unidades de ataque, un batallón por aquí y otro por allá, de repente un cálculo de víctimas civiles, pero muy escondido en la noticia.



El estilo



Ya no es necesario ir a Bagdad para ver en terreno con los propios ojos como dijo el actor Sean Penn en diciembre cuando fue a esta ciudad. Estados Unidos, de una cierta manera, ya se ha tomado las calles de la ciudad a través del eje mediático montado – CNN aparece con su impertérrito mal gusto editorial mezclando la Bolsa de Bagdad con imágenes de niños iraquíes en estado de desnutrición, e imágenes de autos BMW. Es el estilo del ancla mediática que ya está intalado, un anticipó de lo que vendrá, de lo que el resto del mundo podremos ver de esta guerra.



En una encuesta en Canadá , comentada por un columnista del New York Times de hoy, señala que "los canadienses temen tanto a Bush como a Sadam Hussain, como amenaza a la paz mundial».



Todo parece más absurdo que antes. Es un mundo dividido en dos partes otra vez: los estadounidenses y los anti-estadounidenses, aunque esta vez ya no se trate de terroristas, ni comunistas, simplemente canadienses.

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