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EEUU hace añicos los procedimientos de la ONU

Bush y compañía invocan al mundo para justificar el ultimátum dado Sadam Husein, pero ubicándose fuera del marco de legalidad que brinda el Consejo de Seguridad de la ONU.


Es poco lo que se puede informar desde Bagdad y sus alrededores. La gente, además, de acopiar combustible y alimentos, espera con sorprendente serenidad la Guerra. Le pregunto a Raouf, un técnico en perforaciones petroleras cómo es que la gente no se ve desesperada. "El iraquí está triste desde hace mucho tiempo por el bloqueo de más de diez años. Esta Guerra es de Naciones Unidas. No demuestran su pesar porque esperan que no sea peor", nos responde en un correcto inglés.



Los iraquíes, hoy, tienen sus prioridades claras. Se desplazan en búsqueda de refugio y de provisiones. Inmensas colas para almacenar combustible se ven en las bombas bencineras. Saben que el primer objetivo de los ataques serán las fuentes de combustibles y las comunicaciones.



"Dejarán a Bagdad sin energía, como primera medida", sostiene Raouf, quien también colabora con una ONG galesa que trabaja con los niños.



"Hay que decirlo fuerte y claro", nos dice otro iraquí que -hay que decirlo claro- no es partidario de Sadam. "Esta gente no tiene nada que ver con que la resolución 1441 no establezca, claramente, una guerra contra el Irak. Esta guerra es para destruir el Irak". Son palabras fuertes cuando se escucha a uno par de periodistas occidentales lamentarse de que no tendrán salvoconductos si la guerra estalla por haber estado informando en contra de la guerra.



La verdad es que la "caza de brujas" está instalada antes de la llegada de las tropas. La conquista de una credencial se hace con dientes y muelas. Nadie traspasa información, todos se aferran a sus obligaciones y códigos adquiridos en un ambiente de mordiente tensión. "Es la guerra, siempre es así. uno piensa que la solidaridad aumenta entre los que reporteamos, y es al revés", nos confiesa un veterano de cien ‘batallas’ periodísticas que se va decepcionado por lo que viene.



"No saco nada con informar, porque me lo van a editar. Ya lo vienen hacienda desde que comenzó esto" ,agrega con amargura.



En otra



Instalados cerca del futuro campo de batalla, pareciera que las altas magistraturas jurídicas de los países empeñados en la guerra estuvieran en otro mundo. Cuando se arrestó al general Pinochet en Londres, prácticamente de todas las potencias que están involucradas, ahora, en Irak, surgieron voces reclamando un poco de "racionalidad" y el apego a ciertas normas del derecho internacional.



En comparación con el caso Pinochet, en un caso que reviste una mayor relevancia para el futuro de las relaciones internacionales, las mismas voces parecen estar paralizadas por algún extraño shock. Una guerra fuera de la ley está a punto de empezar y la voz de los juristas, especialmente de los países que comandando la guerra, no se ha hecho escuchar.



Bush, además de romper con los códigos internacionales, logró lo que muchos temían: demostrar que las Naciones Unidas no sirven y que, tras este episodio se apresta a diseñar otra para él y los países que lo apoyan. Irak, en este sentido es un laboratorio donde se fraguará el "Nuevo Orden Mundial".



Medios a medias



Las imágenes en la televisión no son, exactamente, las que uno ve cuando visita Bagdad en estos momentos. No se ven llantos ni movimientos desesperados. No se ve una población que está a punto de sufrir la más brutal de las agresiones: bombardeos ultradigitalizados con explosiones expansivas multidireccionales.



"Es un invento de los fabricantes de armas, el cual ha ganado en precisión para disminuir el costo de vidas. Lo que usarán son precisamente armas de destrucción masiva", afirma un militar inglés retirado y que está en Irak en una misión de paz.



Las informaciones que no son reporteadas por los medios occidentales dan cuenta de un Sadam Husein no es tan indeseado como lo han retratado. Anteayer, por ejemplo, se cumplió un aniversario más de la masacre de kurdos en el norte del Irak. La prensa occidental hizo hincapié en las atrocidades cometidas por Sadam, olvidando convenientemente, que esas masacres fueron instigadas por EEUU. "Eso, los kurdos lo sabemos, pero estamos atrapados en la madeja internacional que tejió Washington. Ellos saben que no confiamos en ellos, ni ellos en nosotros. Son iguales que los turcos: culturas expansivas. Al final de cuentas prefiero a los iraquíes", nos dice un kurdo que, de alguna manera, ha sobrevivido en suelo "enemigo" hacienda una vida normal y no de guerrillero.



Pese a la propaganda, los kurdos no se sumarán en masa a las tropas invasoras. No por temor a una futura represalia iraquí, sino porque no sienten que se trate de una fuerza de liberación. Tampoco está en sus planes aprovechar la situación para tomarse la capital natural del "Estado" kurdo: Kurk, al norte de Bagdad.



Las negociaciones iniciadas por Turquía las ven turbias. "Ahora viene la guerra después de que habíamos ganado cierta estabilidad y derechos. Los iraquíes interferían cada vez menos en nuestras colectividades", remacha.



Los únicos medios que permanecen todavía en Bagdad son aquellos que están vinculados con el montaje mediático que viene preparando desde hace meses para cumplir con el sueño de los estrategas del Pentágono: que las tropas sean vitoreadas a su llegada como libertadores, con iraquíes levantando banderas de los EEUU, España y el Reino Unido. Incluso ya se han desplegado varios modelitos de banderolas que resumen "la alianza por la libertad", escritas en un panfleto en árabe que circula por Bagdad. De estos panfletos, la BBC de Londres y la CNN hacen oídos sordos y ojos ciegos.



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