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ONU sigue esperando que Birmania permita entrada de ayuda

Los aviones transportan 900 bolsas con artículos de primera necesidad (leche en polvo, agua potable, comida, mosquiteras, pastillas purificadoras de agua y generadores de electricidad) para repartir entre el millón y medio de damnificados.


La ONU sigue esperando a que la Junta Militar birmana levante todas las restricciones al envió de carga y personal para atender a los damnificados por el ciclón Nargis, pese a que este sábado dos aviones con ayuda partieron hacia Rangún, después de que dos camiones entraran en el país.



Los dos transportes por carretera, pertenecientes al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), entraron en Birmania (Myanmar) desde la vecina Tailandia con 20 toneladas de ayuda.



Horas después partían desde Bangkok dos aviones Hércules C-130 de las Fuerzas Aéreas tailandesas con ayuda humanitaria de la Cruz Roja de Tailandia y de una fundación de la familia real.



Los aparatos transportan 900 bolsas con artículos de primera necesidad (leche en polvo, agua potable, comida, mosquiteras, pastillas purificadoras de agua y generadores de electricidad) para repartir entre el millón y medio de damnificados.



Otro cargamento con 10 toneladas de primeros auxilios, donado por el rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, y que llevará personalmente por el jefe de las Fuerzas Aéreas de Tailandia, Chalit Phukpasuk, está previsto que salga mañana en otro avión militar hacia Rangún.



El representante de ACNUR en Tailandia, Raymond Hall, dijo que están a la espera de que se abra un corredor para que más ayuda internacional pueda llegar a las víctimas del ciclón, aunque matizó que la entrada hoy del convoy terrestre «supone un paso positivo en un trabajo de asistencia marcado, hasta la fecha, por los retos y las restricciones».



Los dos vehículos, que transportaban tiendas y plásticos utilizables como techos para unas 10.000 personas, cruzaron la frontera a las 13.07 hora local (06.07 GMT), desde la localidad tailandesa de Mae Sot, situada a unos 280 kilómetros al este de Rangún y a 400 kilómetros al noroeste de Bangkok.



«Lo que enviamos por carretera se suma a los artículos que tenemos en Rangún y a las cien toneladas que tenemos previsto enviar hoy por avión desde Dubai», añadió Hall.



Las agencias de ayuda humanitaria llevan cinco días quejándose de la parsimonia con que la que las autoridades birmanas conceden los permisos de carga y los visados de entrada de personas.



La organización Human Rights Watch pidió hoy a China, India y los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) que presionen a la Junta Militar para que levante sus restricciones a la entrada de ayuda humanitaria.



«Mediante el bloque de los esfuerzos de asistencia, el Gobierno birmano muestra el desprecio que tiene hacia su propio pueblo», afirmó el director para Asia de ese grupo, Brad Adams.



La secretaría general de la ASEAN, grupo integrado por Birmania, Brunei, Filipinas, Camboya, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam, escribió esta semana al Gobierno de Naypyidaw para pedirle una mayor colaboración con la ONU y las otras agencias humanitarias.



El director general de la organización no gubernamental australiana World Vision, Tim Costello, señaló desde Rangún que la ayuda llega a los afectados, pero no tanta como si se acabaran las restricciones y objeciones.



«La impresión de que la ayuda no está llegando es equivocada, en realidad estamos entregando asistencia en algunas de las áreas más remotas y afectadas, pero sabemos que hay gente esperando, sabemos que hay amenazas de epidemias y sabemos que necesitamos que la ayuda fluya por los canales con toda su capacidad», dijo Costello.



Mientras la comunidad internacional intenta que la Junta Militar atienda a razones humanitarias, los afectados por el ciclón sufren la carencia de alimentos, agua, techo y condiciones sanitarias, lo que, con el paso de los días, se une a la amenaza de epidemias y los actos de pillaje.



Sgún datos de la Oficina Coordinadora de Ayuda Humanitaria (OCHA) de la ONU, el número de muertos podría oscilar entre 63.000 y algo más de 100.000 y las personas dadas por desaparecidas llegan a 220.000, mientras que los afectados por el ciclón oscilan entre 1.200.000 y 1.900.000



La cadena de televisión birmana MRTV informó hoy de 23.335 muertos, 1.403 heridos y 37.019 desaparecidos.



La ONU ha solicitado a la comunidad internacional 187 millones de dólares (121 millones de euros) para proporcionar asistencia humanitaria urgente e inmediata a la población afectada en Birmania.



Marcus Prior, del Programa Mundial de Alimentos en Bangkok, dijo hoy que la situación «es frustrante» y aseguró que no van a rendirse porque, aunque el régimen birmano quiere distribuir la asistencia humanitaria, ellos tienen el compromiso de garantizar que la solidaridad internacional acaba en las manos de los necesitados.



EFE

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