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Muerte de ‘Tirofijo’ no significa la desaparición de las FARC

La guerrilla confirmó la muerte de su máximo líder a través de un video. El gobierno de Álvaro Uribe daba por hecho que "Tirofijo" falleció producto de un ataque al corazón. A su vez, analistas internacionales afirman que este hecho no significa la desaparición del grupo subversivo, ya que hay otros personajes que tomarían el mando de la cúpula de las FARC. En tanto, Francia dijo que habrá que esperar los resultados que tendrá esta información en la posible liberación de la ex candidata preside


La muerte del máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda Vélez, supone el más duro revés para la organización guerrillera, ya que pierde a su emblemático líder y fundador, pero no el definitivo, según señalan varios analistas políticos colombianos.



Marulanda, quien dirigió a las FARC desde 1966 y pretendió la toma del poder por la vía armada, murió el pasado 26 de marzo «por causas que están aún por confirmar», según dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Militares de Colombia, el almirante David René Moreno.



El ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos, había indicado a la revista Semana que el jefe guerrillero «estaría en el infierno» y, ante la pregunta de si «Tirofijo» estaba muerto, el alto funcionario respondió: «Sí, está muerto».



Esta afirmación fue confirmada este domingo por la guerrilla a través de un video, en el que se señala que «Tirofijo» falleció en brazos de su compañera y rodeado por su guardia personal.



Conocedores del conflicto colombiano, coinciden en que Marulanda, de 78 años, era el encargado de dirigir a las FARC, pese a que ya no tenía en sus manos todas las decisiones.



Pedro Antonio Marín, verdadero nombre de alias «Manuel Marulanda» o «Tirofijo», le dio vida a un movimiento guerrillero compuesto por campesinos, pero degeneró en un grupo que secuestraba y, peor aún, tenía en el narcotráfico una fuente de financiación.



El analista político Pedro Medellín, consideró que la muerte del máximo líder guerrillero de las FARC, «da fin a una era», pero no es el fin del grupo armado, uno de los más antiguos del mundo.



Dijo que pese a la desaparición de «Marulanda», éste ya no ejercía el liderazgo de otras épocas y que incluso la muerte de otros líderes guerrilleros, como el caso de «Iván Ríos» y «Raúl Reyes», han podido tener más repercusiones en el seno de las FARC.



Otro analista político, Alejo Vargas, consideró que la muerte de Pedro Antonio Marín puede llevar a esa guerrilla a buscar «salidas realistas».



Tras la muerte de Marulanda, su reemplazo sería Guillermo León Sánez, alias «Alfonso Cano», quien ha pasado los últimos 31 años de sus vida con el grupo rebelde.



Antes de ingresar en las FARC, Cano -nacido el 22 de julio de 1948- militó en las filas del Partido Comunista Colombiano (PCC), del que fue su «comisario político». Actualmente tiene 47 órdenes de captura y está en la «circular roja» de la Organización Internacional de la Policía Criminal (Interpol), bajo cargos de rebelión, terrorismo, homicidio y secuestro.



Álvaro Uribe es el que más ha golpeado a la guerrilla



A la luz de los resultados, las administraciones del presidente Álvaro Uribe, son las que más éxito han tenido en su lucha contra las FARC.



Además de abatir a importantes jefes del grupo alzado en armas, el número de deserciones es elevado, por lo que constantemente voceros (portavoces) gubernamentales aseguran que el «resquebrajamiento» de las FARC, está a la vista.



Los más duros golpes sufridos por las FARC en los dos últimos años comenzaron con la muerte de alias «JJ», abatido cuando se movilizaba en una lancha.



Posteriormente, cayó el «negro Acacio», quien murió en un bombardeo en septiembre del 2007 y, en su momento, fue calificado como el golpe más duro propinado a las FARC.



A estas muertes siguieron las de «Martín Caballero», con quien cayeron otros 23 alzados en armas en el norteño departamento de Bolívar; y la de «Martín Sombra», uno de los cabecillas del mando central de las FARC y también muy cercano a «Tirofijo».



Sin embargo, nadie duda de que el mayor éxito del gobierno colombiano contra los rebeldes fue la muerte de Luis Edgar Devia, alias «Raúl Reyes», segundo al mando de las FARC.



«Reyes» murió en territorio ecuatoriano en una operación militar realizada desde Colombia el pasado 1 de marzo.



También cayó alias «Iván Ríos», asesinado por sus propios hombres y recientemente, Nelly Ávila Moreno, alias «Karina», entregó las armas en una zona rural del departamento de Antioquia.



También debilitaron a las FARC la captura y posterior extradición a Estados Unidos de Ricardo Palmera, alias «Simón Trinidad» y Nayibe Rojas, alias «Sonia».



El futuro de la cúpula de las FARC



El futuro de la cúpula de las FARC, integrada por siete guerrilleros, más dos considerados suplentes, es incierto luego de la muerte de su líder, quien movía los hilos del grupo insurgente. Por eso, su muerte pone a la dirección del grupo insurgente en su momento más crítico.



Con la casi totalidad de sus principales miembros cupulares muertos, las FARC tendrán que reorganizarse para así no ver disminuidos sus intereses, por lo que en el próximos días se tendrían mayores informaciones sobre la nueva conformación.



Sin embargo, algunos creen que el grupo ya ha se ha reorganizado y el mando militar del movimiento quedaría conformado de la siguiente forma:



Guillermo León Sáenz Vargas, conocido como "Alfonso Cano", asumiría la dirección de las FARC. Se trata del ideólogo político y jefe del Bloque Occidental de las FARC, contra quien las Fuerzas Armadas adelantan un intenso operativo para capturarlo en el municipio de Cajamarca, 300 kilómetros al oeste de Bogotá.



Con unos 52 años, 23 de ellos en las FARC, está al frente del clandestino Movimiento Bolivariano, proyecto político lanzado el 29 de abril de 2000.



El insurgente, que encabezó la delegación negociadora en Caracas (Venezuela) en 1991 y Tlaxcala (México) en 1992, tiene 12 órdenes de captura en su contra por terrorismo, homicidio, secuestro extorsivo y homicidios con fines terroristas.



Por su parte, Jorge Briceño Suárez o Julio Suárez, conocido como «Mono Jojoy» y jefe militar de esta guerrilla, a la que se vinculó en 1975, se incorporará a la cúpula principal del grupo. A este se le responsabiliza del secuestro en 2002 de la entonces candidata presidencial Íngrid Betancourt, también de nacionalidad francesa.



Este guerrillero es hermano de Germán Suárez Briceño, conocido como «Grannobles» -quien está acusado del asesinato de tres indigenistas estadounidenses-, y enfrenta más de 16 órdenes de captura por hurto, homicidio, terrorismo, secuestro y extorsión.



Es considerado uno de los rebeldes más radicales del ala militar, luego de que exigiera la renuncia de los alcaldes y funcionarios de municipios colombianos que no comulgaran con los ideales insurgentes y de que diera la orden de asesinarlos si no cumplían.



A su vez, se encuentra Milton de Jesús Toncel Redondo, alias «Joaquín Gómez» y responsable del Bloque Sur de las FARC, a cuyas filas ingresó en los 80 después de varios años de dictar clases en la Universidad del Amazonas, en el departamento de Caquetá, tras graduarse en Rusia.



Este guerrillero, considerado uno de los suplentes en la cúpula rebelde, reemplazó en el Secretariado al «número dos» y vocero internacional de las FARC, «Raúl Reyes», alias de Luis Édgar Devia, abatido en una operación lanzada por tropas colombianas en suelo ecuatoriano.



Luciano Marín, alias «Iván Márquez», ingresó al Secretariado después de la muerte de Jacobo Arenas, en 1990, y dirige desde el 2002 el Bloque Caribe.



Rodrigo Londoño Echeverri, conocido como «Timoleón Jiménez» o «Timochenko», es uno de los guerrilleros más antiguos de las FARC. Es considerado uno de los principales responsables de las acciones terroristas cometidas sobre la vía Medellín-Bogotá, así como de secuestros, masacres y desapariciones forzadas de civiles en el noroccidental departamento de Antioquia.



Por último está Wilson Valderrama Cano, alias «Mauricio» o «El Médico».



Francia espera por Ingrid Betancourt



A raíz de los hechos, Francia se encuentra en estado de espera para ver los pasos a seguir y lograr la liberación de importantes rehenes, entre los que se encuentra Ingrid Betancourt. Por tal motivo, la secretaria de Estado de Derechos Humanos francesa, Rama Yade, dijo que había que mantenerse prudente ante el anuncio de la muerte de "Tirofijo", debido a que habría que analizar las consecuencias que pueda tener sobre Betancourt.



«La información no es todavía oficial y no ha sido confirmada por las FARC, por lo que prefiero ser prudente por ahora», señaló Yade en una entrevista a la emisora francesa «Radio J».



La secretaria de Estado, adscrita al Ministerio de Exteriores, consideró que si la confirmación de esa muerte supusiera la liberación de los rehenes retenidos por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sería una «gran alegría».



No obstante, puntualizó que uno «no se puede felicitar de la muerte de un hombre, es evidente».



La secretaria de Estado francesa insistió en la «complejidad» de la situación, y «de la región, de este caso y de las relaciones con las FARC», y por eso estimó que no puede más que «manifestar esperanza y una cierta prudencia a la espera de una confirmación».



Yade tampoco se quiso extender sobre la revelación del presidente colombiano, Álvaro Uribe, quien dijo que guerrilleros de las FARC han ofrecido desmovilizarse y liberar a la ex candidata presidencial y a otros secuestrados a cambio de beneficios.



EFE

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