Según las autoridades israelíes y su propia familia, el palestino era laico, se drogaba, bebía alcohol y tuvo hace años una novia judía.
El palestino que mató a tres personas con una excavadora ayer y que fue abatido en Jerusalén actuó por impulso, sin motivaciones políticas y tiene un perfil muy distinto al de los terroristas, informaron fuentes gubernamentales israelíes.
Se llamaba Husam Tayizir Duwiyat, residía en el poblado árabe de Tzur Baher, en Jerusalén Oriental, y tenía documento de identidad israelí y treinta años de edad cuando fue abatido a tiros tras sembrar el pánico durante cinco minutos en una céntrica calle de la ciudad.
Según las autoridades israelíes y su propia familia, el palestino era laico, se drogaba, bebía alcohol y tuvo hace años una novia judía.
Casado ahora y padre de dos hijos -de cuatro y cinco años-, no sólo carecía de militancia en organizaciones armadas palestinas, sino que ni siquiera mostraba un especial interés por la política, el conflicto con Israel o el Islám, según han explicado sus vecinos y familiares a la prensa local.
De hecho, la Policía israelí apenas da credibilidad a las reivindicaciones del atentado por facciones armadas minoritarias.
«Todo grupo que asuma la autoría de este suceso lo hace tan sólo para ganar notoriedad», indicó el portavoz de la familia, el abogado Shimon Kokush.
Las fuentes gubernamentales israelíes, que dijeron conocer al autor del ataque, definieron a Tayizir como una persona secular que rara vez iba a la mezquita y que había tenido problemas con las drogas.
Además, bebía alcohol con frecuencia y había tenido una relación sentimental con una mujer judía, algo difícil de imaginar si hubiera sido un fundamentalista.
El propio abogado Kokush reconoció que Tayizir «era un drogadicto» que «había sido encarcelado por violación».
Las descripciones de los vecinos van desde que era un «tipo normal» a que se trataba de un delincuente de poca monta con problemas personales.
EFE