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Gobierno de Cristina Fernández entra en crisis tras sufrir rechazo

La presidenta argentina evitó cualquier mención directa a la derrota de su gobierno en el Senado, donde los legisladores rechazaron el polémico esquema de impuestos a las exportaciones de granos que motivaron la protesta del campo.


BBCMundo.com

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La votación fue desempatada por su vicepresidente y titular de la Cámara alta, Julio Cobos, quien se manifestó en contra de los tributos y desencadenó así una crisis política en la administración de Fernández.



Por eso se esperaban más definiciones de la mandataria. En cambio, Fernández se limitó a criticar de forma indirecta la deslealtad de quienes no apoyaron a su gobierno en el Senado: «Me han acompañado algunos que no eran de nuestro partido y han defeccionado otros que estaban con nosotros».



«Algunos tal vez no hayan entendido lo que decíamos en octubre (mes de las elecciones presidenciales). Ya lo entenderán, algún día se darán cuenta», añadió. Y dirigiéndose a los simpatizantes, ratificando las políticas de su gobierno: «Nunca los hemos traicionado, siempre hemos elegido una camino que es irrenunciable: representar los intereses de los más pobres».



Fernández hizo estas declaraciones durante una breve visita a la provincia de Chaco, en el noreste de Argentina, adonde viajó para inaugurar la remodelación de un aeropuerto.
Exigencia del campo



Por su parte, los dirigentes rurales exigieron al gobierno que derogue «inmediatamente» la resolución del ministerio de Economía que el 11 de marzo puso en marcha el esquema impositivo rechazado por el Senado. Si bien calificaron como un «triunfo» lo ocurrido en el Congreso, hicieron un llamado a la mesura y a restablecer el diálogo con la presidenta Fernández para encontrar una solución consensuada al conflicto agrario, que ya lleva más de cuatro meses.



A la satisfacción del campo se sumó la de numerosos argentinos que consideraron el resultado de la votación en la Cámara alta como un hecho «saludable» para la institucionalidad del país. En tal sentido, los analistas destacaron que el revés legislativo sufrido por el gobierno obliga a Fernández a replantear sus políticas intervencionistas y su estilo de gobernar, que los críticos consideran inflexible y propenso a la confrontación.



A la vez -añadieron los observadores-, el Congreso recupera el rol que le asigna la Constitución en la definición de las políticas tributarias del país. El sistema impositivo en disputa, conocido como «retenciones móviles», establece que las alícuotas a la soja, el girasol, el maíz y el trigo aumentan si se registran alzas en los precios internacionales de esos granos.



El gobierno afirma que la medida tiene como objetivo redistribuir la riqueza, pero los agricultores opinan que los gravámenes, que pueden superar el 40%, son «confiscatorios».



¿Renuncia?



Las «retenciones móviles» fuero aprobadas por la Cámara de Diputados hace más de diez días y se esperaba que el Senado, donde el oficialismo tiene mayoría, las ratificaría.



Pero no todos los legisladores del partido en el gobierno acompañaron la iniciativa porque escogieron la lealtad a los agricultores de sus provincias por sobre el compromiso político.

Ante una votación de 36 a favor y 36 en contra, el vicepresidente de la nación se vio obligado a desempatar. Y, sorpresivamente, Cobos se pronunció en contra de los impuestos que promueve el gobierno del cual forma parte. «Hoy es el día más difícil de mi vida. El país está partido en dos. Se debe buscar el consenso, que no está presente aquí», explicó.



«No puedo acompañarlos y esto no significa una traición. Estoy actuando según mis convicciones. Le pido a la presidenta (Cristina Fernández) que envíe un nuevo proyecto de ley que contemple las distintas propuestas. Que la historia me juzgue y pido perdón si me equivoco».



Algunos miembros del oficialismo acusaron a Cobos de traicionar al gobierno y pidieron su dimisión. Pero él respondió: «Ni se me cruzó por la cabeza renunciar, porque eso le haría un mal a las instituciones».



El vicepresidente es un político de la opositora Unión Cívica Radical (UCR) que se sumó a la llamada Concertación Plural, la coalición de fuerzas en el poder.



Según los analistas, con su voto en el Senado profundizó las diferencias que ya tenía con la presidenta Fernández por el manejo del conflicto con el campo. Ahora el vínculo parece definitivamente quebrado y muchos se preguntan cómo harán para seguir trabajando juntos.

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