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Gobierno polaco impide que se analice el corazón conservado de Chopin

El corazón del compositor fue trasladado a su ciudad natal por expreso deseo del célebre músico, y sólo cambió de emplazamiento por razones de seguridad durante la II Guerra Mundial.



El Ministerio de Cultura polaco rechazó este lunes la petición de un grupo de científicos que quería analizar el corazón del compositor Federico Chopin, conservado en alcohol en una iglesia de Varsovia, para determinar las causas de su muerte.



Los científicos querían demostrar que Chopin no falleció de tuberculosis, como se ha creído hasta ahora, sino debido a una fibrosis quística.



El certificado de defunción del célebre artista (1810-1849) indica que Chopin falleció en París a causa de la tuberculosis, aunque el profesor Wojciech Cichy, miembro de la facultad de Medicina de la Universidad de Poznan (este de Polonia), asegura desde hace meses que la realidad fue bien distinta.



Tras la decisión del Ministerio será imposible demostrar esta teoría y la verdadera causa de la muerte del compositor, nacido en Varsovia de padre francés y madre polaca, seguirá siendo un misterio.



El ministro de cultura, Bogdan Zdrojewski, informó en un comunicado de que, después de tres meses de negociaciones con la familia del músico, no se ha logrado obtener una autorización que permita a los investigadores analizar el ADN del corazón, conservado como una auténtica reliquia en un frasco sellado, dentro de una columna de la Iglesia de la Santa Cruz de la capital polaca.



Mientras, la sociedad polaca se divide entre quienes consideran que se deberían investigar los restos del artista, y los que apoyan la postura ministerial, ante la falta de una prueba clara que apoye la teoría esgrimida por los especialistas y justifique el análisis.



El corazón del compositor fue trasladado a su ciudad natal por expreso deseo del célebre músico, y sólo cambió de emplazamiento por razones de seguridad durante la II Guerra Mundial.



Chopin es una de las grandes figuras de Polonia y uno de los pianistas más importantes de la historia, a pesar de que sólo vivió hasta los 39 años, siempre sometido a una salud frágil que le llevó incluso a buscar un alivio en el clima de Mallorca, donde residió en 1838 en compañía de su amante, la escritora francesa George Sand.



La fibrosis quística y sus ramificaciones genéticas no fue descubierta hasta 1932, 83 años después de la muerte del genial compositor.



EFE

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