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Brasil refuerza su aparato militar con tecnología francesa de punta

Este martes Lula logró sentar las bases que harán realidad un proyecto de más de un cuarto de siglo de su país: construir un submarino nuclear. La nave, que será la primera de América del Sur, forma parte de un acuerdo que el mandatario subscribió con su par francés, Nicolas Sarkozy, de visita en Río de Janeiro. El principal fin del país sudamericano es ser reconocido como potencia global, para lo cual debe tener una capacidad en el campo castrense similar a la de otras tres potencias emergentes: Rusia, India y China.


El convenio suscrito entre ambos mandatarios incluye el traspaso de tecnología francesa para la construcción del submarino a propulsión nuclear, además de la construcción en Brasil de medio centenar de helicópteros, un astillero militar y una base naval, y la compra de cuatro submarinos convencionales.

Todo esto forma parte del plan del gobierno brasileño de modernizar su aparato militar e impulsar su industria bélica, con el propósito expreso de reforzar la vigilancia de la Amazonia y, sobre todo, de los enormes yacimientos petrolíferos en la costa brasileña.

Sin embargo, la mayoría de los analistas coincide en que el principal fin de Brasil es ser reconocido como potencia global, para lo cual debe tener una capacidad en el campo militar similar a la de otras tres potencias emergentes: Rusia, India y China, que junto con Brasil forman el llamado grupo BRIC.

«China, India y Rusia son potencias nucleares. Brasil no lo es. Tener un submarino nuclear le implica a Brasil empezar a jugar un papel como potencia global también en el campo de la tecnología militar», señala a BBC Mundo Rosendo Fraga, especialista en temas de Defensa.

Líder regional

Fraga destaca a su vez que la renovación del arsenal brasileño también le permite al país asumir un liderazgo en América del Sur, aprovechando el repliegue de Estados Unidos en la región.

Ese liderazgo también busca contener las políticas de Venezuela, y su acercamiento a Rusia, así como la creciente influencia de China en Latinoamérica.

Justamente, este balance de poderes explicaría por qué Brasil recurrió a Francia para este acuerdo: se trata de un país de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), que no está alineado ni con Estados Unidos, ni con China y Rusia.

¿Y qué obtiene Sarkozy de este acuerdo?

«Si Francia acepta transferir la tecnología militar es porque estamos conscientes de que Brasil tiene un gran potencial para promover la paz y la seguridad, y que tiene un gran potencial económico y político», afirmó el mandatario en declaraciones a la prensa.

Según Rosendo Fraga, las ventajas geopolíticas son obvias: al convertirse en el proveedor de tecnología militar de una nación emergente, Francia también refuerza su papel como potencia mundial.

Y seguramente los más de US$8.000 millones, que -según los medios locales- obtendría París por este acuerdo, no le vengan nada mal al país europeo, en estos momentos de crisis económica mundial.

Se prevé que el mandatario francés visite Brasil nuevamente en septiembre próximo, fecha para la cual debería haber «resultados concretos» del acuerdo firmado este martes en Río, según dijo Lula.

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