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Teólogos españoles sugieren dimisión de Benedicto XVI

Miembros de la asociación española Juan XXIII creen que el pontificado «está agotado» pues el Papa «no tiene edad ni mentalidad para responder adecuadamente a los graves y urgentes problemas».


Los teólogos de la asociación española Juan XXIII creen que el pontificado de Benedicto XVI «está agotado» porque el Papa «no tiene edad ni mentalidad para responder adecuadamente a los graves y urgentes problemas que hoy tiene que afrontar la Iglesia Católica».

Así consta en una declaración difundida hoy por la Junta Directiva de esta Asociación con motivo del quinto aniversario del pontificado de Benedicto XVI.

La declaración, que expresa su apoyo a la «Carta abierta a los obispos católicos del mundo» recientemente publicada por el teólogo Hans Küng, reclama al pontífice que pida perdón públicamente «por el encubrimiento y complicidad del Vaticano, así como de no pocos episcopados, en los casos de abusos sexuales» en los que se han visto implicados obispos, sacerdotes y religiosos.

También pide que se deroguen «de inmediato» los decretos del Papa y de la Curia Romana que durante décadas «han impuesto silencio en los casos de abusos sexuales a menores y han impedido poner dichos casos en manos de la justicia» y que se levanten las sanciones impuestas a teólogos, obispos y sacerdotes, «motivadas por el ejercicio de la libertad de expresión».

La declaración, que también ofrece una serie de propuestas «encaminadas a la transformación evangélica de la Iglesia», considera necesario que se facilite el acceso de las mujeres al sacerdocio, «para terminar por fin con siglos de injusta e injustificada discriminación de las mujeres en la Iglesia católica».

Igualmente necesaria es la supresión del celibato obligatorio para los sacerdotes, «una medida disciplinaria represiva de la sexualidad que carece de todo fundamento bíblico, teológico e histórico y que no responde a exigencia pastoral alguna», sostiene la declaración de los teólogos.

En cuanto a la organización de la Iglesia católica, estos teólogos consideran que es «obsoleta» y que «responde más a una monarquía absoluta que al movimiento de Jesús».

Por ello, los teólogos piden con urgencia que se inicie un proceso de democratización de la Iglesia para que todos los creyentes católicos formen parte de la elección de los cargos de responsabilidad dentro de la misma Iglesia, tal y como se hacía en los orígenes del cristianismo y durante varios siglos.

También proponen que la Iglesia y los cristianos se centren «en el mundo de la marginación y de la exclusión social» para «optar decididamente por los pobres» y aconsejan desarrollar el programa de reforma del concilio Vaticano II, «que durante el actual pontificado no se ha puesto debidamente en práctica», ya que o se ha paralizado o se ha interpretado de forma conservadora.

La declaración recuerda también que «el criterio determinante de conducta en la Iglesia de Jesucristo» no es la obediencia incondicional al papa, sino la fidelidad al Evangelio, y reclama que se reconozca el derecho de reunión de todas las comunidades cristianas, sean o no «afines» a la jerarquía.

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