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EE.UU. expresa «grave preocupación» por violencia e inmolaciones en el Tíbet

La coordinadora especial de EE.UU. para los Asuntos Tibetanos, María Otero, indicó en un comunicado que «hay informaciones de que las fuerzas de seguridad de la provincia de Sichuan han abierto fuego contra los manifestantes, matado a algunos de ellos y herido a otros».


Estados Unidos expresó hoy su «grave preocupación» por los informes de violencia e inmolaciones en el Tíbet, e instó a Pekín a afrontar las «políticas contraproducentes» que han generado continuas tensiones en la región.

La coordinadora especial de EE.UU. para los Asuntos Tibetanos, María Otero, indicó en un comunicado que «hay informaciones de que las fuerzas de seguridad de la provincia de Sichuan han abierto fuego contra los manifestantes, matado a algunos de ellos y herido a otros».

Según monjes locales y grupos de derechos humanos del Tíbet, la policía china reprimió una manifestación tibetana el día del Año Nuevo chino en la provincia suroccidental de Sichuan, con el saldo de al menos un muerto y otras 30 personas heridas.

Los hechos ocurrieron en la mañana del lunes, primer día del nuevo año según el zodíaco chino en una zona ampliamente poblada por tibetanos y donde al menos 16 monjes se prendieron fuego en el último año.

Otero subrayó que EE.UU. ha planteado la cuestión de las inmolaciones de tibetanos de «manera directa y consistente» al gobierno chino.

Por ello, urgió a Pekín «a afrontar sus políticas contraproducentes en las áreas del Tíbet que han creado tensiones y amenazan la diferente identidad religiosa, cultural y lingüística del Tíbet».

La funcionaria estadounidense subrayó que estas políticas incluyen la «dramática» expansión de los controles del gobierno chino en la vida y práctica religiosa, las campañas en marcha de «educación patriótica» que exigen que los monjes denuncien al Dalai Lama, y las detenciones arbitrarias y desapariciones de tibetanos, entre otros.

Por último, Otero exigió a China «que proteja los derechos universales de todos los ciudadanos» y «retome el diálogo sustancial con el Dalai Lama o sus representantes para encarar las quejas subyacentes de la población tibetana».

Desde que en 2008 Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, vecina a Sichuan, sufriera protestas violentas contra China, las autoridades aumentaron las medidas de seguridad también en las zonas vecinas con población tibetana y la situación es tensa, con la esporádica inmolación de monjes.

Pekín atribuye la responsabilidad de los incidentes violentos al Dalai Lama, que salió de Tíbet en 1959 y se instaló en la vecina India.

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