El accidente, el más grave ocurrido en la minería española en los últimos 18 años, tuvo lugar el lunes en el Pozo Emilio del Valle, en el municipio leonés de Pola de Gordón.
El llanto y el dolor de cientos de personas predominaron este miércoles en el funeral de los seis mineros fallecidos en pasado lunes en una mina de la provincia de León, en el noreste de España.
La ceremonia, celebrada en el abarrotado polideportivo de la localidad de Santa Lucía de Gordón, estuvo oficiada por el obispo de León, Julián López, quien recordó que «la vida humana es nuestro mayor tesoro», pero que «es un bien demasiado frágil».
Muchos asistentes, familiares y allegados de las víctimas, siguieron la ceremonia desde el exterior por falta de espacio, junto a representantes de instituciones, partidos políticos y sindicatos.
Desde la megafonía se escucharon las palabras del obispo, que comenzó la Eucaristía lamentando esta «trágica muerte», por la que todos se sienten «abrumados».
El obispo, que nada más ocurrir el accidente fue uno de los primeros que acudió a la mina, destacó la «solidaridad» que reinó en el lugar de la tragedia, empezando por los propios trabajadores.
El funeral concluyó con un aplauso para los féretros que abandonaban el lugar, el grito de «Vivan los mineros» y el canto del himno Santa Bárbara Bendita, patrona de los mineros.
Antes de concluir la eucaristía, un portavoz de los familiares de los fallecidos se dirigió a los asistentes y dijo: «que Dios perdone a los responsables» de este accidente.
Posteriormente, intervino una mujer, quien afirmó que «se podía haber evitado» esta tragedia y arremetió contra el «director» de la Hullera Vasco Leonesa, empresa a la que pertenece la mina donde el pasado lunes se produjo un escape de gas por el que perecieron los seis mineros y otros cinco resultaron heridos.
El accidente, el más grave ocurrido en la minería española en los últimos 18 años, tuvo lugar el lunes en el Pozo Emilio del Valle, en el municipio leonés de Pola de Gordón.
El suceso se registró en torno a las 14.00 horas (13.00 GMT) en una explotación propiedad de la Hullera Vasco-Leonesa, y en el mismo otros cinco trabajadores resultaron intoxicados y fueron trasladaros a centros hospitalarios. Lo anterior, luego de un repentino escape de gas grisú.
