
«Yo no soy Charlie»: la columna que critica a la revista por su «intolerancia, racismo y arrogancia colonial»
Entre los miles de comentarios que identifican la masacre en la redacción de Charlie Hebdo surge la voz disidente del español José Antonio Gutiérrez, que recuerda cómo la publicación ha fomentado la violencia contra los árabes, uno de los sectores más » marginados, empobrecidos y explotados de la sociedad francesa».
José Antonio Gutiérrez, del sitio español «Tercera Información» comienza su columna sobre el atentado que le costó la vida a 12 personas y dejó más de una decena de heridos, aclarando que no está de acuerdo con «convertir a un periodista, por dudosa que sea su calidad profesional, en un objetivo militar. Lo mismo es válido en Francia, como lo es en Colombia o en Palestina. Tampoco me identifico con ningún fundamentalismo, ni cristiano, ni judío, ni musulmán ni tampoco con el bobo-secularismo afrancesado, que erige a la sagrada ‘République’ en una diosa».
El redactor hace esta aclaración antes de lanzar una feroz crítica contra la publicación que se ha transformado en el centro de la conmoción mundial.
«Miles de personas, comprensiblemente afectadas por este atentado, han circulado mensajes en francés diciendo ‘Je suis Charlie’ (Yo soy Charlie), como si este mensaje fuera el último grito en la defensa de la libertad. Pues bien, yo no soy Charlie. No me identifico con la representación degradante y ‘caricaturesca’ que hace del mundo islámico, en plena época de la llamada ‘Guerra contra el Terrorismo’, con toda la carga racista y colonialista que esto conlleva. No puedo ver con buena cara esa constante agresión simbólica que tiene como contrapartida una agresión física y real, mediante los bombardeos y ocupaciones militares a países pertenecientes a este horizonte cultural. Tampoco puedo ver con buenos ojos estas caricaturas y sus textos ofensivos, cuando los árabes son uno de los sectores más marginados, empobrecidos y explotados de la sociedad francesa, que han recibido históricamente un trato brutal: no se me olvida que en el metro de París, a comienzos de los 60, la policía masacró a palos a 200 argelinos por demandar el fin de la ocupación francesa de su país, que ya había dejado un saldo estimado de un millón de ‘incivilizados’ árabes muertos.
No se trata de inocentes caricaturas hechas por libre pensadores, sino que se trata de mensajes, producidos desde los medios de comunicación de masas (sí, aunque pose de alternativo Charlie Hebdo pertenece a los medios de masas), cargados de estereotipos y odios, que refuerzan un discurso que entiende a los árabes como bárbaros a los cuales hay que contener, desarraigar, controlar, reprimir, oprimir y exterminar. Mensajes cuyo propósito implícito es justificar las invasiones a países del Oriente Medio así como las múltiples intervenciones y bombardeos que desde Occidente se orquestan en la defensa del nuevo reparto imperial. El actor español Willy Toledo decía, en una declaración polémica –por apenas evidenciar lo obvio–, que ‘Occidente mata todos los días. Sin ruido’. Y eso es lo que Charlie y su humor negro ocultan bajo la forma de la sátira. No me olvido de la carátula del N°1099 de Charlie Hebdo, en la cual se trivializaba la masacre de más de mil egipcios por una brutal dictadura militar, que tiene el beneplácito de Francia y de EEUU, mediante una portada que dice algo así como ‘Matanza en Egipto. El Corán es una mierda: no detiene las balas’. La caricatura era la de un hombre musulmán acribillado, mientras trataba de protegerse con el Corán. Habrá a quien le parezca esto gracioso».
La columna completa se puede leer aquí.