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Tras las pistas del fiscal: la arista chilena del informe Nisman En la semana del primer aniversario de su extraña muerte

Tras las pistas del fiscal: la arista chilena del informe Nisman

Siguiendo los rastros del informe de Nisman, los egresados de periodismo de la UDP Francisca Montesinos e Ignacio Vera Brito realizaron una investigación sobre la arista chilena del Caso AMIA, la cual se transformó en un libro que presentaron como proyecto de título bajo el nombre “Tras las pistas del fiscal”, del cual a continuación se reproducen algunos extractos.


El 18 de enero pasado se cumplió el primer aniversario de la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, encargado de investigar la causa del atentado a la sede de la AMIA en Buenos Aires, y cuyo fallecimiento aún no esclarecido se produjo un día antes de que fuera a exponer su polémico informe de acusación a la Cámara de Diputados.

Uno de los capítulos de dicho informe aborda extensamente las actividades en Chile de Mohsen Rabbani, clérigo musulmán chiíta, ex agregado cultural de la embajada iraní en Argentina y uno de los acusados por la justicia de ese país por supuestamente haber planeado el ataque a la entidad judía. Hoy Rabbani está bajo orden roja de captura internacional de Interpol, por lo que difícilmente puede salir de Irán, pero en los años 90 habría ingresado a nuestro país en siete oportunidades, haciéndolo con pasaportes diferentes.

Además, en el informe Nisman figuran los nombres de ciudadanos chilenos que fueron cercanos o incluso discípulos de Rabbani, y de otros que fueron formados por el chiísmo pro iraní de Argentina y que luego viajaron a estudiar a Irán, para volver a Chile a instalar centros culturales y religiosos. Es importante señalar que la tesis de Nisman no es que estos chilenos hubieran participado en el atentado a la AMIA ni en actividad terrorista alguna, sino que los ubicaba insertos en un esquema de adoctrinamiento y proselitismo a nivel latinoamericano organizado por el régimen iraní. Llama la atención, por ejemplo, el rol espiritual y dirigencial que para estas comunidades chilenas han cumplido polémicos personajes como el sheij argentino Mahmud Aid, un religioso de línea dura y fervientemente antisionista, que hasta hace poco viajaba constantemente desde Tucumán para asesorar a comunidades en Puerto Montt y Santiago.

Siguiendo los rastros del informe de Nisman, los egresados de periodismo de la UDP Francisca Montesinos e Ignacio Vera Brito realizaron una investigación sobre la arista chilena del Caso AMIA, la cual se transformó en un libro que presentaron como proyecto de título bajo el nombre “Tras las pistas del fiscal”, del cual a continuación se reproducen algunos extractos.

Rabbani en Chile y la inteligencia iraní

“Mohsen Rabbani ingresó a Chile en siete oportunidades entre 1992 y 1997, registrando diferentes fechas de nacimiento en las tarjetas migratorias y utilizando diferentes pasaportes (…). Esta información fue dada a Nisman por la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile. Habría venido al país para estrechar lazos con la comunidad chiíta local, participar de eventos culturales y dar conferencias en su calidad de sheij (clérigo) y de agregado cultural. Igualmente se dedicó a coordinar actividades proselitistas, insertas en la red latinoamericana de captación y formación de fieles, con centro operativo y educacional en la Argentina”.

“El centro islámico que debe su existencia netamente a la formación espiritual e ideológica iraní es uno formado por chilenos conversos al Islam, educados en la mezquita El Mártir de Tucumán y luego en Qom, Irán, un centro que inicialmente funcionó en Temuco, luego en Puerto Montt y hoy en la comuna santiaguina de Providencia. Esta institución fue formada por discípulos del chiísmo iraní, algunos de los cuales conocieron y mantuvieron relación con Rabbani, y se fue trasladando de locación por motivos administrativos, económicos o por las necesidades de sus directores”.

[cita tipo= «destaque»]“El centro islámico que debe su existencia netamente a la formación espiritual e ideológica iraní es uno formado por chilenos conversos al Islam, educados en la mezquita El Mártir de Tucumán y luego en Qom, Irán, un centro que inicialmente funcionó en Temuco, luego en Puerto Montt y hoy en la comuna santiaguina de Providencia. Esta institución fue formada por discípulos del chiísmo iraní, algunos de los cuales conocieron y mantuvieron relación con Rabbani, y se fue trasladando de locación por motivos administrativos, económicos o por las necesidades de sus directores”.[/cita]

“Nisman menciona también a Seyed Yosef Arabi, quien, como ya se señaló, se desempeñó en Chile como encargado de asuntos consulares y jefe de la estación de inteligencia. Arabi entregó datos personales falsos en formularios entregados a las autoridades chilenas. Por ejemplo, uno de los domicilios que entregó era inexistente y otro no era conocido. Arabi ingresó a la República Argentina el 14 de junio de 1994 procedente de Santiago, volviendo a Chile al día siguiente en un vuelo de LAN. Esto aconteció días antes del atentado, y al igual que Arabi, funcionarios iraníes destinados a Brasil, Uruguay, Alemania y el propio Irán, se trasladaron en esos días a Buenos Aires”.

Férreos defensores de la Revolución Islámica

“Tres ciudadanos chilenos son mencionados en el Informe Nisman como discípulos de Mohsen Rabbani, los tres chilenos de nacimiento y provenientes de familias sin ninguna vinculación con el Islam ni con Irán. Javier Alejandro Oyarzún Vega (citado erróneamente en el informe como ‘Oiarzún’), Jorge Marcelo Hoffmann Elgueta (citado erróneamente como ‘Hoffman Helgueta’) y Juan Sergio Lavín Vargas.”

“El Director y guía espiritual de la mezquita Imán Mahdi (con sede central en Providencia) es el sheij iraní Seyed Javad Ebrahimi (…). Fue designado Imán de los musulmanes chiítas de Chile por el mismísimo Ayatolá Jamenei. Seyed Javad Ebrahimi ha representado, como es lógico, en varias ocasiones de manera pública a la comunidad, pero también se ha dedicado a realizar actividades a nombre de la República Islámica de Irán. Por ejemplo, en marzo de 2015 encabezó una delegación de musulmanes chiítas chilenos que viajó a las ciudades de Temuco y Puerto Montt para presentar a las autoridades locales las experiencias de las políticas de estado iraníes en temas como medio ambiente, educación y administración pública, reuniéndose con concejales, seremis, encargados de bibliotecas y otros funcionarios públicos. Esta ‘mini gira’ al sur fue cubierta para el canal de televisión internacional iraní en lengua castellana HispanTV por el periodista chileno Manuel Arismendi, musulmán chiíta, quien participó igualmente de las reuniones en su calidad de cabeza de la filial del centro Imán Mahdi en Temuco”.

“Pero las actividades de este centro no siempre han sido vistas tan benevolamente por las autoridades chilenas. Un curioso episodio ocurrió en septiembre de 2010 generando una crisis al interior de la institución. Un rayado antisemita realizado en la ciudad de Talcahuano motivó una investigación de la PDI a nivel nacional, en una época en que la sinagoga de Temuco y el Instituto Hebreo de Santiago también sufrieron este tipo de ataques. Estas pesquisas llevaron al allanamiento de varios inmuebles en búsqueda de los autores, incluyendo al Centro de Cultura Islámica de la ciudad de Puerto Montt, desde donde se incautó material considerado sospechoso”.

“Manuel Arismendi nació en Temuco, en una familia católica y estudió en un liceo adventista. Luego cursó estudios de periodismo en la Universidad Mayor de la misma ciudad. Fue en esa época en donde nació en él un profundo interés por el Islam. ‘A partir de mi experiencia en grupos católicos como la Legión de María, cuando era muy chico, y de mi educación primaria y secundaria en un liceo adventista tuve la posibilidad de conocer dos visiones de la religión. Empecé a buscar información sobre el tema islámico y la conclusión a la que llegué es que el Islam era lo que más me satisfacía’, dice Arismendi, quien cuenta además lo importante que fue en su proceso inicial de acercamiento a la fe musulmana la existencia del servicio en español de la Radio Iraní. ‘En ese tiempo solo tenías los pocos libros que existían en las bibliotecas y también existían, y existen, medios de comunicación en onda corta como la radio exterior de Irán en español’. Arismendi mantuvo durante un tiempo un intercambio epistolar con las oficinas de la emisora en Teherán, motivado por el interés que despertaron en él los contenidos de la estación”. Posteriormente Arismendi trabajó en Irán como periodista e incluso fue parte del equipo fundador de HispanTV, el canal internacional en español del Estado iraní. Luego volvió a Temuco para ejercer como corresponsal de dicha estación y como Presidente del Centro Islámico de Chile.

Por su parte los tres chilenos mencionados en el informe del fallecido fiscal, Javier Alejandro Oyarzún Vega, Jorge Marcelo Hoffmann Elgueta y Juan Sergio Lavín Vargas (estos últimos dos hoy ya no son musulmanes), han decidido no hablar con ningún medio de comunicación hasta que culmine el proceso legal de una demanda que presentaron contra Canal 13 por la aparición de sus nombres en un reportaje de ‘Contacto’ sobre el tema. Oyarzún Vega habló con los autores de la investigación, desmintiendo cualquier nexo personal y de su comunidad con el Caso AMIA, pero estos se reservan sus declaraciones, dado que fueron otorgadas con la expresa condición de que momentáneamente no fuesen reproducidas en ningún medio.

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