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Fiscalía mexicana rechaza vínculos de militares en desaparición de 43 jóvenes de Iguala

Fiscalía mexicana rechaza vínculos de militares en desaparición de 43 jóvenes de Iguala

La Procuraduría de México rechaza haber obstruido las investigaciones y asegura que actuó con toda transparencia.


La fiscalía mexicana afirmó hoy que ha brindado al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independiente (GIEI) «acceso pleno a la información para el desarrollo de su labor» y negó evidencias de participación de militares en la desaparición de los 43 jóvenes de Iguala.

El subprocurador de Derechos Humanos, Eber Betanzos, respondió a los señalamientos realizados por los expertos designados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su segundo informe sobre el caso, presentado hoy, y aseguró que esta es la investigación penal «más exhaustiva» en la historia del país.

«El Estado ha brindado en todo momento las facilidades» que los expertos designados por la CIDH requirieron para su trabajo, afirmó en un mensaje a los medios de comunicación.

En este sentido, apuntó, la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) ha recibido 941 peticiones, de las cuales el 85 % han sido cumplidas en su totalidad y las restantes están en vías de cumplimiento en un caso por el que hay 123 detenidos y 45 prófugos.

En relación a los señalamientos sobre supuestos actos de tortura a implicados en el caso, dijo que «están siendo investigados», incluidos funcionarios de la PGR denunciados por presuntas víctimas.

Betanzos defendió el nuevo estudio de fuego realizado por un panel de expertos, según el cual hay evidencia de un incendio controlado de grandes dimensiones en el basurero de Cocula que probarían que al menos 17 personas fueron quemadas en el lugar.

El GIEI dijo hoy que, con apenas nueve páginas, dicho peritaje carece de «rigor científico mínimo» y está encaminado a «responder preguntas fuera» de su área de conocimiento.

El subprocurador indicó que permitir las entrevistas a los militares del batallón con sede en Iguala, solicitadas en numerosas ocasiones por el GIEI, vulneraban «el debido proceso», ya que éstas solo pueden ser desarrolladas bajo la conducción del Ministerio Público.

Sin embargo, señaló que el cuestionario a los soldados incluido en el informe del GIEI «será valorado íntegramente por el Ministerio Público», además recordó que en agosto de 2015 los expertos indicaron «que no existe un antecedente que vincule jurídico-penalmente al Ejército mexicano» con los hechos del 26 y 27 de septiembre de 2014.

Además, dijo que en julio de 2015 el GIEI estuvo presente en la toma de declaración de ocho estudiantes agredidos «y ninguno de ellos formuló imputaciones a corporaciones federales» de estar involucrados en el ataque.

El funcionario indicó que hay más de 50 declaraciones de militares del 27 batallón, algunos de los cuales han realizado ampliaciones hasta en cuatro ocasiones «sin que se haya encontrado evidencia que los incrimine respecto de estos sucesos».

En relación al quinto autobús tomado por los jóvenes esa noche, que el GIEI considera clave en la investigación porque podría llevar heroína, indicó que su existencia está acreditada desde que la PGR asumió la investigación del caso, que la unidad no tenía «alteración alguna» y un binomio canino (agente y perro) descartó la presencia de droga.

A esta línea se le ha dado un seguimiento «muy puntual», dijo tras rechazar los señalamientos de los expertos en torno a un posible interés de mantener oculta dicha unidad por alguna razón cuando los testimonios de los ocupantes de ese autobús coinciden en que fueron detenidos por policías federales.

En relación a la versión de que un grupo de 15 a 20 estudiantes fueron detenidos en el Palacio de Justicia de Iguala y trasladados a Huitzuco por policías de ese municipio, dijo que han entrevistado a 45 agentes y realizado acciones de búsqueda de los jóvenes desde diciembre de 2014.

Además, señaló que la PGR investiga la presencia de un agente federal en el Palacio denunciada por un testigo y «en su momento dará a conocer los resultados que legalmente procedan», si bien aclaró que ese testigo inicialmente no se refirió a la presencia de miembros de esa corporación.

En el escenario del ataque del equipo de fútbol infantil de Los Avispones también negó la presencia de policías federales como agresores y rechazó una fragmentación de la investigación del caso, como denunció el GIEI.

Betanzos también aludió a las imágenes mostradas hoy por el GIEI sobre diligencias realizadas en el río San Juan en octubre de 2014 que no están consignadas en el expediente y señaló que analizará el material.

Además, reiteró su compromiso con las familias de las víctimas de llegar a la verdad y sancionar a todos los responsables, dijo que brindará a la CIDH «toda la información necesaria» para el seguimiento del caso y anunció que esta semana dará a conocer un amplio informe con el estatus actual de la investigación.
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¿Ganará China algún día el Mundial de Fútbol? «Nunca», dicen los expertos
Este mes el Gobierno chino reveló que su plan estatal para desarrollar el fútbol busca que el país sea una de las grandes potencias de este deporte hacia 2050, pero analistas del balompié oriental ven con escepticismo el ambicioso programa.

El plan, en el que muchos ven detrás deseos personales del presidente chino Xi Jinping -fan confeso de este deporte- habla de 20.000 nuevas escuelas de fútbol, 70.000 campos de fútbol adicionales o 50 millones de jugadores a mediados de siglo, todo con el secreto deseo de ver a China alzando la Copa del Mundo.

Grandes ilusiones, pero para gente como el británico Rowan Simons, que lleva 30 años trabajando en el fútbol chino, hay errores de concepción, excesivas prisas, y la incapacidad de comprender que el fútbol, para que triunfe, no debe ser sólo un negocio.

«China no ganará nunca el Mundial, por lo menos yo no lo veré en vida. Hay países con 100 años de pasión por el fútbol que aún no lo han conseguido, como Holanda o Rusia», recuerda Simons, que en los años 80 creó con amigos el primer equipo aficionado en Pekín y en los 90 fue comentarista de la Premier en la televisión china.

Tampoco empresarios chinos del sector son optimistas ante el plan estatal, que incluye convertir ese deporte en asignatura obligatoria en las escuelas e invertir inmensas cantidades de dinero.

«La gente siempre me pregunta cuándo vamos a tener un C-Luo (apodo de Cristiano Ronaldo en China) o un Messi, y yo les digo que me vuelvan a preguntar en 30 años», cuenta Bai Qiang, cofundador junto al futbolista holandés Wesley Sneijder de la empresa Sport 8, la mayor firma china dedicada al balompié juvenil.

El problema, comentaron hoy Bai y Simons en una charla sobre el futuro del fútbol chino, es la falta de una cultura sobre las bondades del ejercicio físico en China, un régimen comunista donde el deporte fue siempre un instrumento de propaganda del Estado y por tanto no es apreciado por el ciudadano de a pie.

«Los padres desalientan a los niños si estos quieren hacer deporte», cuenta Bai. «Se gastan 600.000 millones de yuanes (92.000 millones de dólares) en clases extraescolares, pero casi todo se va en piano, arte, matemáticas… una ínfima fracción se va al deporte».

No todo es pesimismo, sin embargo. Para Simons, el plan para lograr que China sea como España o Brasil futbolísticamente hablando en 2050 es «lo más razonable que se ha visto en una institución china en cualquier sector», por su visión a largo plazo y su intención de separar la federación china del Estado.

«Es irónico que haya sido el Partido Comunista el que ha decidido esto, debería haber sido la FIFA la encargada de separarlos», subrayó el gurú del balompié chino, cuyas ideas, se dice, han influido en el plan gubernamental.

La teoría es buena, pero no su puesta en práctica, afirma, ya que en el año transcurrido desde que el Gobierno aprobó este plan -los objetivos se anunciaron este mes, pero el plan lleva en marcha desde 2015- «nada bueno ha ocurrido, y se ha derrochado mucho dinero».

Entre esos derroches, Simons menciona las grandes compras de acciones de clubes europeos por firmas chinas, como el 20 por ciento del Atlético de Madrid adquirido por el gigante inmobiliario Wanda, o el 13 por ciento del Manchester City por CMC y Citic.

«También se está pagando de más a estrellas extranjeras que cobran hasta 300.000 dólares semanales, hay fichajes de hasta 40 millones de dólares… Todo son ejemplos de una avalancha alocada de dinero en el fútbol, como respuesta a una directiva gubernamental», comenta.

Tanto dinero, menciona Feng Tao, otro empresario del sector, en un país que aún no tiene verdadera cultura futbolística.

«Los aficionados del Beijing Guoan (club de la capital) van al campo a insultar y gritar. Entiendo que eso se hace en muchos países, ¡pero es que ellos lo hacen sin mirar al campo!», se queja Feng, fundador de Shankai Sports, líder nacional en mercadotecnia deportivo.

Equipos como el Real Madrid o el Barcelona han aprovechado la fiebre china por mejorar en el fútbol abriendo escuelas a su nombre en grandes ciudades del país, que según los tres expertos son buenas pero muy caras e insuficientes.

En la del Real Madrid en la sureña provincia de Cantón «enseñan a unos 3.000 niños, de los que unos 80 irán a España. ¿Cuántos se quedarán en Europa? La respuesta es cero, con una base tan pequeña sería de chiripa que saliera una estrella», asegura Simons.

China tiene un sueño futbolístico, y mucho dinero para intentar cumplirlo, pero para los tres expertos, de nada servirá sin décadas de paciencia, y dándose cuenta de que el fútbol, antes que un negocio es «algo divertido, sano, que enseña lealtad, trabajo en equipo y amistad».

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