Debido a lo imprevisto de la medida, la Junta Electoral ni siquiera sabe si podrán usarse calculadoras. Desde la década del ’70 que los Países Bajos habían abandonado el sistema manual de votos.
El ministro del Interior holandés Ronald Plasterk anunció hoy que debido al «presunto interés de países como Rusia» en las próximas elecciones generales del país, se volverá por esta ocasión al sistema de conteo manual de votos.
El próximo 15 de marzo los Países Bajos realizarán elecciones generales para conformar un nuevo gobierno, y la particularidad es que las encuestas indican un empate entre los liberales de centro derecha del VVP, actual partido en el poder con el Primer Ministro Mark Rutte, y el ultraderechista PVV, cuyo líder Geert Wilders es un reconocido islamófobo.
“El ciudadano debe poder fiarse del resultado, de ahí la vuelta al papel de toda la vida” señaló el ministro, cuyo gobierno está preocupado de una posible intervención rusa a favor de Wilders. La Junta Electoral ya respondió que producto de lo inesperado de la medida no puede asegurar que los resultados se publiquen en los plazos habituales, por lo que podrían retrasarse respecto a comicios anteriores.
Ante el desconcierto generado, el organismo electoral ha dicho que debe esperar que el gobierno clarifique si por ejemplo, podrán usarse calculadoras para sumar los votos, algo fundamental ya que en ciudades grandes como Ámsterdam, La Haya y Rotterdam, en las que hay muchas mesas de sufragio, podría ser fácil cometer errores.
Holanda cuenta con voto electrónico desde 1978, habiendo perfeccionado el software de conteo en 1991. Sin embargo en 2008 el sistema debió dejar de ser totalmente automatizado debido a un informe de los servicios de inteligencia, que no pudo asegurar la inviolabilidad del programa. Desde ese año los holandeses marcan su opción con un lápiz rojo en una papeleta, pero los votos son contados por un software. El temor a un ciberataque ruso hará que en marzo se vuelva al antiguo sistema donde todo el proceso es manual.
El fantasma de una intervención rusa, como ocurrió en las elecciones presidenciales de Estados Unidos a través de filtraciones que dañaban la imagen de Hillary Clinton, ha encendido las alarmas en una Europa que este año tiene decisiones electorales de gran importancia en países clave como la propia Holanda, Alemania y Francia.
