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División en el Congreso de Estados Unidos revela alta polarización de la sociedad norteamericana MUNDO Crédito: Agencia EFE

División en el Congreso de Estados Unidos revela alta polarización de la sociedad norteamericana

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Los demócratas recuperan el control de la cámara después de 8 años y a Trump le quedan dos años de gobierno incómodos por delante hasta que se presente a la reelección en 2020. Estas elecciones “marcan un antes y un después para el gobierno y para el Partido Republicano” y reflejan que “el país está más dividido que nunca”, dicen los analistas. Desde una Cámara de Representantes más diversa y con más mujeres, la oposición podrá imponer un fuerte bloqueo legislativo y ocupar todas sus facultades fiscalizadoras. Será todo un dolor de cabeza para el polémico Presidente, aunque los republicanos pueden respirar tranquilos porque mantienen el control del Senado. [ACTUALIZADA]


Aunque no llegó la esperada “ola azul” de triunfos demócratas en las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, la oposición al Presidente Donald Trump puede celebrar su nueva mayoría en la Cámara de Representantes.

Los demócratas recuperan el control de la cámara después de 8 años, lo que configura un nuevo panorama para lo que resta del mandato del polémico gobernante. Además, otro factor de peso será la nueva conformación de la Cámara de Representantes, más diversa y con un récord de mujeres.

Las cifras que dejó el comicio reflejan toda la polarización del electorado estadounidense. Para Luis Fajardo, de la BBC, “el resultado más evidente de estas elecciones es que el país está más dividido que nunca. Después de dos años en el poder, Trump ha vuelto a conseguir un apoyo masivo de una parte del país, mayoritariamente rural, blanca y conservadora. La otra mitad del país, urbana, multicultural y liberal, también salió a votar masivamente en su contra”.

El nuevo escenario

Los demócratas ganaron al menos 26 distritos de la Cámara ocupados por republicanos, superando los 23 escaños que necesitan para tomar el control. De acuerdo al último recuento, los opositores suman 219 escaños para la oposición y 193 para los republicanos.

El nuevo escenario fue adelantado anoche en su discurso de victoria por la líder demócrata de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, quien aseguró que «mañana será un nuevo día en Estados Unidos. Recuerden esta sensación: es el poder de ganar (…) Ahora de lo que se trata es de restaurar la Constitución, el sistema de ‘checks and balances’ (controles y contrapesos) frente a la administración Trump», aseguró.

Los republicanos, en cambio, pueden respirar tranquilos por haber conservado ciertas gobernaciones que estaban en riesgo y por haber ampliado su dominio en el Senado: tienen 52 senadores confirmados, versus 45 de los demócratas.  En gobernadores, los demócratas sumaban 22 y los republicanos 25.

Que los republicanos mantengan el Senado prácticamente le garantiza a Trump que no será tumbado en un «impeachment» después de que los demócratas abran en la Cámara de Representantes las investigaciones contra él que pretenden, que incluyen sus declaraciones de impuestos, la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 y las medidas tomadas por su administración. Para aprobarlo se necesitaría el apoyo de 67 de los 100 senadores.

Consultado por El Mostrador, así lo explica Patricio Zamorano, académico y analista internacional: «Los resultados de este 6 de noviembre son sin duda un antes y un después del futuro del gobierno de Trump y para el Partido Republicano. Trump ganó el Senado, lo que estaba dentro de lo esperado. Pero perdió la Cámara de Diputados, y por mayor rango de lo proyectado. Lo que implica un bloqueo fuerte legislativo para Trump en estos dos años que le quedan de gobierno y enfrentar toda la fuerza de las atribuciones fiscalizadoras de los comités de la Cámara Baja ahora a cargo del Partido Demócrata, que activarán todas las investigaciones por todos los crímenes, irregularidades y corrupción que se han ido acumulando en dos años. Hay que recordar que varios ex asesores de Trump están en la cárcel, o procesados judicialmente, por crímenes tributarios, de lavado de dinero, crímenes electorales, sin contar la investigación del FBI por posible colusión con Rusia, que está en plena labor».

Para el director ejecutivo de la consultora de Washington DC, InfoAmericas.info , «lo más importante es que se abre la posibilidad concreta de impeachment, o acusación constitucional. Hay una gran posibilidad que nunca pase el Senado, donde se necesitan dos tercios de votos para expulsar a Trump. Pero el solo hecho de lanzar el impeachment, donde se necesita mayoría simple de la Cámara Baja, le causará a Trump una gran distracción política».

Con la mirada en el 2020

Así las cosas, al Mandatario le quedan dos años de gobierno incómodos por delante hasta que se presente a la reelección en 2020.

De acuerdo al análisis de Bloomberg, “una Cámara demócrata, la primera desde 2010, dejaría a Trump sin el apoyo del Congreso para introducir su agenda, que incluye otra ronda de recortes de impuestos, fondos para su muro fronterizo e intentos de dar marcha atrás al Obamacare”. Sin embargo, a pesar de un Congreso dividido, Trump podrá continuar reformando los tribunales federales y los departamentos de su gabinete con un Senado liderado por el Partido Republicano listo para confirmar a sus candidatos, añade Bloomberg.

De cara a las elecciones presidenciales de 2020, todo apunta a que serán unos comicios muy reñidos. “Esta elección sienta las bases para unas elecciones presidenciales muy competitivas dentro de dos años”, en las que Trump buscará la reelección, complementó un columnista del Washington Post, Dan Balz. Para Luis Fajardo, si bien “Trump sigue desatando la ira de mitad del país, continúa siendo una locomotora electoral pese a dos años de oposición acérrima de los demócratas”.

Más diversidad

Las elecciones también reconfiguraron la conformación de la Cámara. La elección introducirá un número récord de mujeres en la Cámara el próximo año. Hasta el momento, al menos 92 mujeres han sido elegidas para la Cámara, superando el récord actual de 84.

Pero los comicios también introdujeron más diversidad a la Cámara. No sólo está el caso de Alexandria Ocasio-Cortez, que en menos de cinco meses ha pasado de servir cocteles en un bar neoyorquino a convertirse en la congresista más joven de la historia de Estados Unidos con sólo 29 años.

También gracias a esta elección llegarán al Congreso las primeras mujeres musulmanas (Ilhan Omar y Rashida Tlaib) e indígenas (Deb Haaland, por Nuevo México, y Sharice Davids, Kansas).

Ilhan Omar, nacida en Somalia en 1981, se convertirá en enero en la primera mujer musulmana en el Congreso estadounidense después de obtener casi el 80 por ciento de los votos del quinto distrito en Minesota.

Omar, que también será la primera somalí en la Cámara de Representantes, no estará sola en su hazaña, pues le acompañará Rashida Tlaib, candidata por Michigan, el estado en el que nació en 1976, en la ciudad de Detroit.

Haaland, con 57 años, es madre soltera y pertenece a la Tribu de Laguna Pueblo. Su victoria como candidata demócrata estaba prácticamente asegurada en el primer distrito de Nuevo México.

En tanto, Davids, de 37 años, trabajó en la Casa Blanca durante la administración del expresidenteBarack Obama y será además la primera persona abiertamente LGTBQ (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales y queer) de la delegación de Kansas en el Congreso.

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