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No solo en Chile: perder la mirada, uno de los precios que pagan los manifestantes en Líbano MUNDO Créditos: EFE

No solo en Chile: perder la mirada, uno de los precios que pagan los manifestantes en Líbano

En Chile, las víctimas con daño ocular producto de agresiones de agentes del Estado representan una de las caras más dolorosas de las violaciones de derechos humanos durante el estallido social. Pero en otras latitudes, como en el Líbano, las mismas escenas de abusos policiales se repiten.


Cuando el joven libanés Ayman Hidar bajó a las protestas en el centro de Beirut para manifestarse, como otro día más desde que comenzaron hace tres meses, nunca imaginó que las fuerzas de seguridad dispararían una pelota de goma contra él arrancándole su ojo, aunque dice que eso no cambia para seguir luchando y lo considera un «sacrificio».

«Al menos para mí, he sacrificado algo por esta revolución, pero mi problema es toda esa gente que aún se esconde en sus casas, para mí nada ha cambiado. Sigo bajando cada día a la plaza», afirma a Efe mientras tapa su mirada con unas gafas de sol para que no le afecte al ojo izquierdo dañado.

Ayman es uno de los 400 heridos de distinta gravedad que se registraron el fin de semana del 18 de enero en el centro de Beirut, el más violento de unas protestas que comenzaron el pasado 17 de octubre contra la clase dirigente del país y que han discurrido de forma pacífica en general.

Represión Policial

Ayman, de 28 años, recuerda el incidente paseando por la Plaza de los Mártires, epicentro de las protestas, a unos pocos metros de donde perdió el ojo.

«Vi a uno de los policías antidisturbios apuntando con su pistola a una chica de 15 años, que le tiró una piedra. Empezó a correr hacia mi y se cayó, fui a cogerla, la agarré con mis brazos y me dispararon. Al principio no sentí nada, un chico que estaba a mi lado dijo que mi ojo estaba fuera de la cuenca», recuerda.

Fue un equipo de la Cruz Roja libanesa, cuerpo que ha estado presente en cada protesta, quien trasladó a Ayman al Hospital Hotel de Dieu, en Beirut, donde le sometieron a seis horas de cirugía.

Fuentes del Hospital Hotel de Dieu, lugar al que llevaban a los manifestantes heridos, indicaron a Efe que durante esas protestas trataron a 4 personas que perdieron sus ojos al recibir disparos con pelotas de goma.

Otro de ellos fue Rabih, uno de los mejores amigos de Ayman y con quien fue de la mano a las protestas ese día. Los dos acabaron juntos en el mismo centro sanitario.

A Rabih todavía le tienen que operar de nuevo, porque a diferencia de Ayman, él perdió el ojo por completo.

Su fotografía con los ojos parcheados y en las camillas del mismo hospital se difundieron de tal manera que se creó una campaña, que se hizo viral, titulada: «Vuestros ojos son nuestra revolución».

Bajo ese eslogan figuras libanesas y organizaciones como Amnistía Internacional publicaron imágenes en las que, con una mano, se tapaban un ojo para denunciar esos actos cometidos por la policía.

Contactados en varias ocasiones por Efe, las fuerzas internas de seguridad (ISF) no han respondido hasta el momento a estas denuncias.

Por su parte, Aya Majzoub, investigadora para el Líbano para Human Rights Watch (HRW), señala a Efe que aún no han visto «ninguna evidencia» de que las investigaciones que el Ministerio del Interior y las ISF prometieron lanzar se hayan iniciado ni de que hayan señalado a «ningún miembro de las fuerzas de seguridad como responsable del uso ilegal de la fuerza contra los manifestantes».

Esperanza para los heridos

Casos de heridos oculares han ocurrido también en protestas de otros países, como en Chile, donde cientos de personas han sufrido lesiones en los ojos, según denuncian asociaciones de derechos humanos en unas protestas que comenzaron un día después que en el Líbano.

En Beirut el oculista Samer Kalil se ha prestado a implantar gratuitamente una prótesis ocular a los que perdieron su ojo durante las protestas.

«Todos los que pueden deben ofrecer ayuda dentro de su campo, ya que las personas que resultaron heridas protestan contra la pobreza y exigen sus derechos», arguye a Efe Kalil desde el The Lebanese Swiss Center for Artificial Eyes, del que es responsable.

Kalil, que ha hablado con Ayman y Rabih, dice que una prótesis ocular podría alcanzar un precio de 2.500 dólares y que se podría tratar a las seis semanas de producirse la lesión, y luego se necesitaría una semana más para colocar el implante.

Por el momento, Ayman quiere conservar su ojo, que presenta una importante disminución de la visión, e intenta mantener la mirada de rabia.

«Después de lo que me pasó y a mis otros amigos, estamos llenos de ira y determinación para regresar y luchar aún más», zanja.

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