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Francia: Nada será como antes

La democracia se salvó, por esta vez. Pero quizá no se va a salvar mucho tiempo la república (la Quinta, vigente desde más de 40 años): los largos años de cohabitación habían usado y abusado de su Constitución y sus instituciones.


Con 82.07 por ciento de los votos válidamente emitidos, Chirac fue reelegido Presidente en la segunda vuelta de las elecciones. Es la más alta votación que nunca tuvo un mandatario de la Quinta República en Francia, pero estas extrañas elecciones darán a Francia el Jefe de Estado con la menor legitimidad y pueden significar el principio del fin de esta República.



La extrema derecha francesa solo ganó un poco más de 400 mil votos sobre la primera vuelta, pero bajó en porcentaje (17.93 por ciento) gracias a la fuerte movilización de los electores que participaron en masa en la segunda vuelta, haciendo descender la abstención desde 28.08 por ciento a la primera vuelta hasta 19.34 por ciento.



La abstención masiva de la primera vuelta mostró el desinterés y el desánimo de los franceses hacia sus gobernantes, pero la vigorosa reacción de esta segunda vuelta permite ser optimista y ver que los franceses quieren realmente su democracia, y saben movilizarse cuando lo fundamental esta en peligro.



Como para hacer olvidar al mundo la vergüenza de la primera vuelta, los franceses de derecha y de izquierda cumplieron esta vez de manera ejemplar sus deberes cívicos, y votaron en favor de Chirac, para una minoría, y en contra de Le Pen para la gran mayoría.



La democracia se salvó, por esta vez. Pero quizá no se va a salvar mucho tiempo la república (la Quinta, vigente desde hace más de 40 años): los largos años de cohabitación habían usado y abusado de la Constitución y sus instituciones, pero la vergüenza nacional del 21 de abril no podrá ser olvidada fácilmente.



Cada vez más se habla en Francia de cambiar la Constitución de 1958, hecha a la medida de De Gaulle y en circunstancias muy distintas -en plena guerra fría y durante la guerra de Argelia- de la actual era de la comunicación y la globalización. Ojalá los franceses sepamos adaptarnos al siglo 21, a las realidades de nuestro mundo actual y a sus nuevos peligros. Ojalá sepamos inventar una Sexta República sobre los mismos principios fundamentales universales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.



(*) Presidente de la Corporación de Amistad Chileno-Francesa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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