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Apec y la satanización del debate


Ha comenzado una lamentable campaña mediática que busca acallar el debate y el pronunciamiento ciudadano en torno al foro de la APEC, el próximo 20 y 21 de noviembre. La obsesión por enfatizar la posible violencia ha sido la punta de lanza para que los chilenos no se expresen sobre la invasión de Estados Unidos a Irak y sobre los efectos de la globalización financiera, que aumenta la desigualdad y propicia la acumulación de capital en muy pocas manos.



En este marco, la diversidad de la sociedad civil se ha organizado para un gran encuentro, el Foro Social Chileno, que se realizará el 20 y 21 de noviembre. Las decenas de sindicatos, colegios profesionales, centros de estudios y ongs convocantes promueven la confrontación a través de ideas y la articulación de un movimiento inédito en nuestra transición democrática. Es la primera vez, en 14 años, que distintas organizaciones se articulan con el objetivo de intercambiar experiencias y esbozar discursos frente a la potencia del pensamiento único. Buena parte de los intelectuales y actores sociales del país estarán presentes en este esfuerzo.



No se trata de un hito cualquiera. En el Chile actual, la precariedad de las organizaciones sociales es lamentable, en gran parte por una visión del Estado que desincentiva la articulación. Y es que luego del alto grado de politización de la época pre ’73, donde en todas partes los ciudadanos se organizaban en la lógica de controlar el Estado, se ha producido un retroceso que ha sido tomado por los grandes grupos económicos y gremios empresariales. Ante un Estado débil y cooptado, la única forma de recuperar el bien común para las políticas públicas es a través de una sociedad civil fuerte. Esto es de la mayor importancia nacional y está detrás del gran esfuerzo del Foro Social.



La decisión de la sociedad civil de autoconvocarse da cuenta, entonces, de una crítica política a la conducción concertacionista de la transición, que alcanzó el poder fuertemente enraizada en las organizaciones de base y que, una vez instalada, ha optado sistemáticamente por un diseño de cúpulas, que vacía de contenido a sus actores políticos y los aleja del país que habitamos 15 millones de personas.



Como se puede apreciar, hay algo más en juego tras este intento por presentar las manifestaciones de la sociedad civil como festín del lumpen. Ante esa falacia, la respuesta es clara: las organizaciones convocantes del Foro Social Chileno no llaman a la violencia y, de hecho, contemplan utilizar fuerzas propias para resguardar edificios públicos y privados.



Por una razón de verdad y otra razón de oportunidad, no es aceptable que se boicotee el Foro Social Chileno a través del desprestigio. Para el país es saludable que los ciudadanos salgan a las calles durante esos días, para expresarse y intercambiar visiones sobre el país del futuro, desde un Chile real y no cupular. Este esfuerzo, por cierto, no excluye a nadie.



Patricio López, director ejecutivo de Corporación Representa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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