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El acuerdo en el PPD

Ricardo Brodsky
Por : Ricardo Brodsky Director Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
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Las regiones empezaron a manifestar su apoyo a su opción, a comprender la potencia que para el futuro del PPD y de la Concertación representa Carolina Tohá, con lo que el control monopólico del partido empezó a erosionarse a una velocidad hasta aquí desconocida.


Después de un período de varias semanas de campaña y en una cuidada puesta en escena, Pepe Auth y Carolina Tohá, suscribieron un acuerdo político cuyas consecuencias inmediatas son la renuncia de Auth a la competencia a favor de la presidencia de Carolina Tohá.

El acuerdo se sostiene en tres aspectos explícitos claves: en primer lugar, reconocer la necesidad de una reforma en el PPD, destinada a mejorar las prácticas políticas, abrir espacios a la participación de los militantes y personas que se han alejado en los últimos años y modernizar la organización para recuperar al partido como un espacio democrático.

En segundo lugar, la necesidad de construir una nueva Concertación, que permita no sólo consolidar la experiencia de entendimiento de la centro izquierda en el país, sino que además posibilite el reencuentro del mundo progresista tras una alternativa con vocación de mayoría.

[cita]Todo lo anterior habla bien de Pepe Auth como un dirigente que es capaz de reconocer realidades.[/cita]

En tercer lugar, el acuerdo plantea una valoración de los gobiernos concertacionistas y se hace cargo de los desafíos programáticos que el progresismo debe enfrentar hacia el futuro en los ámbitos de la educación, la defensa de los consumidores, la reivindicación de los derechos de los pueblos originarios, la defensa de los derechos de los trabajadores, el medio ambiente, la reconstrucción, los derechos de la mujer, entre otros.

Tras el acuerdo, hay también un reconocimiento implícito a dos hechos mayores: el primero es que el liderazgo ciudadano de Carolina Tohá ha permeado al PPD y que resulta imposible para quienes han controlado el partido en los últimos años desconocer esa realidad, ni menos impermeabilizar al PPD contra la opinión pública. El segundo reconocimiento implícito tiene que ver con el despliegue de campaña de Carolina Tohá al interior del PPD.

En efecto, las regiones empezaron a manifestar su apoyo a su opción, a comprender la potencia que para el futuro del PPD y de la Concertación representa Carolina Tohá, con lo que el control monopólico del partido empezó a erosionarse a una velocidad hasta aquí desconocida. Los dirigentes actuales del PPD comprendieron que Carolina Tohá era un fenómeno ante el cual era mejor allanarse.

Todo lo anterior habla bien de Pepe Auth como un dirigente que es capaz de reconocer realidades. Su bajada impide que se realice una competencia que había generado un alto interés mediático y que algunos consideraban como “la madre de todas las batallas”, en donde de alguna manera se resumían los dilemas que deben enfrentar todos los partidos de la oposición.

Para muchos que habían empezado a motivarse con la competencia esto puede ser desmovilizador. Para otros, el acuerdo es una señal de madurez y de capacidad de articular consensos, una capacidad virtuosa que algunos han puesto en duda en las nuevas generaciones políticas.

Más allá de cómo a cada uno le acomoden estos hechos, lo cierto es que hay una pregunta que se responde a sí misma: ¿está Carolina Tohá obligada a competir aunque no haya adversario al frente?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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