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Liceos de excelencia: más segmentación y exclusión

Abraham Magendzo
Por : Abraham Magendzo Premio Nacional de Educación. Profesor Universidad Academia Humanismo Cristiano
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La creación de los “Liceos de Excelencia” contraviene una tendencia mundial que se está instalando en las políticas públicas en todos los países referidas a la “Educación Inclusiva”.


Los  “Liceos de Excelencia” o  “Liceos Emblemáticos”, y ahora último denominados “Liceos Bicentenario” se han postulado como parte de las políticas publicas que el  nuevo gobierno y el Ministerio de Educación desean impulsar; creando 15 “Liceos  de Excelencia” a partir de Marzo del año 2011 y proyectándose hasta llegar a 50, diseminados en todo el país.

Si bien el  tema ya ha sido puesto en la mesa de las discusiones y se han publicado en la prensa nacional  y en los medios de comunicación una variedad de artículos y reflexiones, a mi parecer, se requiere –con altura de mira- un mayor examen y  análisis al respecto.

Me pregunto, por un lado, ¿acaso  no  todos los colegios del país debieran ser de excelencia? y, por el otro, ¿se trata, acaso,  de crear colegios públicos  de primera y segunda categoría y de esta manera reforzar más aún las inequidades  e injusticias educacionales ya existentes?

[cita]La creación de los “Liceos de Excelencia” contraviene una tendencia mundial que se está instalando en las políticas públicas en todos los países  referidas a  la “Educación Inclusiva”.[/cita]

Se señala que  pretenden crear los “Liceos de Excelencia” para emular –como se ha dicho- a instituciones centenarias como lo son el Instituto Nacional, se olvidan que uno de los propósitos de éste  y otros establecimientos, desde sus inicios, era darle cabida a la diversidad social y cultural del país. Hoy  la situación de estos liceos difiere sustancialmente; actualmente seleccionan sólo a estudiantes de las escuelas municipalizadas o subvencionadas proveniente de los sectores más vulnerables. Son, como ya alguien señalara eufemísticamente, la «crema» de estos establecimientos. Son colegios social y culturalmente homogéneos que  no construyen capital social diversificado. Me pregunto ¿es así como se construye una sociedad  democrática-inclusiva en la diversidad?

La  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) -a la que Chile recientemente se ha incorporado como miembro- en el estudio que realizara ya en el año 2004 se señala que la segmentación social se ha profundizado, de manera que, en forma creciente, los estudiantes de sectores socioeconómicos similares asisten a las mismas escuelas, sin que exista mezcla entre ellos. El  equipo  evaluador de la OECD recomienda  que “los responsables de las políticas educacionales en Chile den una mirada detenida a las estructuras subyacentes de las políticas, que contribuyen a la creciente segmentación de la sociedad chilena”… “esto afecta los valores e instituciones democráticos y puede constituir un “lastre” para mayores progresos en el aprendizaje de los estudiantes”.

La pregunta que surge, obviamente, es si la creación de los “Liceos de Excelencia” no están  profundizando la segmentación,  toda vez  que no sólo se está ahondando en la separación  ya existente entre la educación privada (pagada y subvencionada) y  la municipal  sino que al interior de ésta última se esta introduciendo un elemento adicional de segregación; escuelas publicas de “elite, de excelencia”,  y las “otras”.

Más aún, la creación de  los “Liceos de Excelencia” contraviene una tendencia mundial que se está instalando en las políticas públicas en todos los países  referidas a  la “Educación Inclusiva”. De hecho, en nuestro país  en Noviembre del año 2009 se efectuó la reunión regional con el tema “Implementación de políticas en educación inclusiva en América Latina: caminos recorridos y desafíos pendientes”, en donde se enfatizó la importancia de la Educación Inclusiva.

Desde la perspectiva de la Educación Inclusiva  resulta cuestionable, por decir lo menos, propender a  la creación de “Liceos de Excelencia” bajo el supuesto que los estudiantes talentosos aprenden más en  un establecimiento homogéneo y que van a estar mejor preparados para hacer frente a los desafíos de sociedades fuertemente competitivas.  Al respecto cabe hacer notar que los resultados  del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA) muestran que los ambientes de aprendizaje heterogéneos facilitan y desarrollan mejores oportunidades de aprendizaje para los grupos socialmente desfavorecidos (OCDE, 2007). Las diversidades constatadas en las aulas no impiden que los estudiantes logren buenos resultados de aprendizaje y puede incluso alentar a aquellos más exitosos a obtener resultados de aprendizaje sobresalientes (OCDE, 2001, 2003, 2006).

Medidas de segmentación  como  es la creación de los “Liceos  de Excelencia” vienen a reforzar prejuicios y aprensiones hacia la diversidad, la búsqueda de la excelencia como un fin en sí mismo,  es decir escuelas para estudiantes talentosos y la equivocada consiguiente estigmatización de ciertos niños y niñas como estudiantes de bajo rendimiento académico

La creación de los “Liceos de Excelencia”  significa no comprender el sentido profundo de la educación  como un derecho humano con un propósito  tanto educativo como social. Un lugar para aprender a convivir con la diversidad, a relacionarse con los otros/otras como legítimos otros/otras en un ambiente de respeto y equidad,  aprender a convivir  y crear lazos con el distinto pero igual y a  prepararse a vivir en una sociedad globalizada más democrática y tolerante y participar activa y conscientemente en el mejoramiento de su entorno familiar, comunitario y  social (PNUD, 2001).

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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