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Lo verdaderamente preocupante de la Unidad de Currículum del Mineduc

Por: Alejandro Prieto G.


Señor Director:

Seguramente no sorprenden las críticas a la Unidad de Curriculum y Evaluación (UCE) del Ministerio de Educación relacionadas con el uso del concepto de «Régimen Militar» en vez de «Dictadura», la sensibilidad del país ante esta discusión es evidente y comprensible. Sin embargo, más allá de esta gran controversia llama la atención que no exista controversia respecto de un tema bastante más amplio y profundo que el uso o no de un concepto.

Durante los dos años que este gobierno ha asumido la educación de nuestro país un silencioso proceso de cambio del Curriculum Nacional ha pasado sin reacciones suficientes, sin la participación necesaria, sin la amplitud reflexiva para sentar las bases de lo que todos nuestros niños y niñas, todos nuestros jóvenes deben aprender al finalizar su educación.

Un primer síntoma ha sido el sistemático, aunque pausado, cambio de los integrantes de la UCE. Unos pocos renunciaron ante un evidente giro del enfoque curricular desde el consenso a la imposición, desde la profundidad a la superficialidad, desde el apoyo a la educación pública a la simple estandarización y exigencia, desde las altas expectativas respecto de profesores y alumnos a la resignación y el desprecio por los mismos, contrastes que muchos no pudimos o no quisimos ver en su momento. Otros fuimos despedidos bajo diversos pretextos, reducción de jornadas, incomodidad de nuevas autoridades, más directamente cambios estructurales en el MINEDUC (probablemente el argumento más honesto), algunos con el patrón común de la discusión, la reflexión y la profundización en un contexto en que el trabajo debe ser rápido aunque no profundo, debe ser mucho aunque no de calidad. Otros renunciaron luego de notar que el enfoque de quienes dirigen la UCE contradice claramente criterios pedagógicos y disciplinarios propios de una sociedad genuinamente participativa, el intento de reducción de horas de historia puede ser una señal de esto pero ¿cuántos otros intentos han tenido éxito sin que nos hayamos dado cuenta?

Un segundo síntoma es el desorden curricular actual. La urgencia por cambiar todo lo existente ha hecho que el desconcierto sea la palabra más frecuente en toda institución y persona vinculada a la educación. Este año van a existir tres curriculums distintos según el plan original del ministerio; unas Bases Curriculares para 1º a 6º Básico (hasta 4º con vigencia plena), un Marco Curricular ajustado desde 5º Básico a 2º Medio, y el currículum de la reforma sin Ajuste Curricular en 3º y 4º  Medio, para incrementar el desconcierto los colegios pueden optar por aplicar el Ajuste Curricular hasta 2º o 3º Medio. Conclusión, no existe ente educativo en el país que vea con claridad que textos usar, como preparar para el SIMCE, que continuidad tiene herramientas como los Mapas de Progreso del Aprendizaje (MPA), aporte fundamental para los procesos educativos, etc.

Un tercer síntoma ha sido el proceso de aprobación de las nuevas Bases Curriculares. Ciertamente la Ley General de Educación (LGE) permite y obliga al gobierno actual a elaborar este nuevo curriculum (es decir lo que nuestros niños y niñas deben aprender) pero el proceso ha sido por decir lo menos, extraño. La LGE establece que las Bases Curriculares deben ser aprobadas por el nuevo Consejo Nacional de Educación (CNE) cuya composición cubre únicamente integrantes con conocimiento del ámbito educacional, sin embargo el resquicio incluido en la ley de que mientras éste no se elija el Consejo Superior de Educación (CSE) cumplirá con sus funciones ha permitido que luego de dos años el gobierno se apure en generar Bases Curriculares y sea extremadamente lento en renovar las autoridades encargadas de aprobarlas, mantendiendo al CSE con un nuevo nombre (CNE) pero con la misma composición creada en la ya superada y carente de vigencia LOCE creada, ya sabemos durante el Régimen Militar o Dictadura, a esta altura espero que se note que hay discuciones aún más importantes. Es decir, una confusa legislación hace que esté vigente un organismo que toma decisiones en educación en el que hay representantes de las FFAA y del poder judicial, por mencionar los casos más llamativos. Sinceramente, tal vez este desorden sería aceptable o soportable si el producto de la aprobación del CSE fuera de calidad. La UCE se encargó de publicar en la página web del Mineduc encuestas a profesores que parecen aprobar los cambios curriculares pero los niveles de difusión de esta consulta fueron muy limitados y , esto es evidente pero es bueno resaltarlo, son encuestas que distan años luz de ser representativas. Más aún no existió al parecer ningún interés por difundir las consultas realizadas por este mismo organismo a paneles de expertos ¿cuál es la razón de este silencio? ¿la absoluta sintonía con la propuesta del Mineduc o la rotunda crítica de quienes se dedican a estudiar cada disciplina desde la educación? Simples trascendidos, contrastables con opiniones que francamente espero que aparezcan de una vez por todas, hablan de una percepción general de que estas Bases Curriculares, sorprendentemente aprobadas por el CSE ahora llamado CNE, implican un retroceso curricular y didáctico de al menos 30 años. Matemáticas descontextualizadas y centradas en simpel operatoria, lenguaje y lengua extranjera desvinculados de competencias comunicativas, historia y ciencias sociales centrada en habilidades elementales y no superiores, geografía sin un trasfondo social, obediencia cívica a las normas más que ciudadanía participativa en democracia y desarrollo integral. Ciertamente algunas de estas críticas están el primer informe del CNE (CSE), sin embargo la alerta es que se exponga a nuestro país a un curriculum sistemáticamente empobrecido, fácil de adiestrar para elevar SIMCE, inútil para producir resultados en mediciones externas como PISA y TIMMS y. lo peor de todo, limitador de la educación pública que no tiene recursos para generar herramientas propias porque, digámoslo francamente, ningún colegio particular al ver las Bases Curriculares va a decidir implementarlas sin enriquecer el aprendizaje de sus alumnos y alumnas, sólo los colegios más pobres asumirán sólo lo que el Estado les entrega para al fin conservar o aumentar la brecha de la calidad de la educación.

¿Una verdadera revolución silenciosa en nuestro currículum? ¿Un Régimen Militar más desordenado y caudillesco en nuestra educación? ¿Una astuta pero poco sabia Dictablanda que no quiere dialogar? Entiendo la crispación por el cambio de concepto de dictadura a régimen militar, de hecho la comparto, pero créanme que como educador , me preocupa mucho más el empobrecimiento patente de nuestro currículum y veo con pesar cómo esto ocurre ante la indolencia de varios, el desconocimiento de muchos y tal vez el temor a levantar la voz de otros.

Alejandro Prieto Gajardo
Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales.
Magister en Educación.

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