La Universidad Central y el Centro de Estudios de la Fech
Señor Director:
En relación con la nota publicada en El Mostrador el día 4 de junio recién pasado, bajo el nombre de La U. del Mar y las puntas de lanza de la Educación Superior chilena, la Universidad Central considera un deber aclarar algunas de las afirmaciones que hace el director ejecutivo del Centro de Estudios Fech, Pablo Soto, que son completamente ajenas a la realidad.
En efecto, el señor Soto erróneamente incluye a la Universidad Central en un grupo de instituciones de educación superior muy distintas a nuestro sello de Universidad pluralista, independiente y con un alto componente de compromiso País.
En primer lugar, la Universidad Central es una corporación sin fines de lucro, dueña de su patrimonio y gestionada por sus académicos a través de una asamblea, cuyos miembros son electos democraticamente por los profesores con derecho a voto de cada una de las facultades de nuestra universidad, que a su vez designa una Junta Directiva, en su mayoría compuesta por académicos, quienes nombran un Rector. Esta situación es muy distinta con lo que ocurre con la mayoría de las universidades nombradas por el Sr. Soto en su artículo.
La misma corporación es propietaria de sus instalaciones académicas y no paga arriendo ni cuenta con sociedades espejo. Creemos que las universidades privadas no tienen por qué ser sinónimo de ineficiencia e irregularidades.
Cuando Soto señala que “son instituciones en las cuales ya han sucedido escándalos”, intenta comparar la pérdida de la acreditación de la UNIACC y los conflictos de interés de la Universidad de Las Américas con el intento fallido de venta de la Universidad Central el 2011, tentativa que fue exitosamente detenida por la acción oportuna y conjunta de sus académicos y sus alumnos, quienes lograron revertir la situación y protegerla como una entidad independiente y autónoma a cualquier grupo económico, dentro de su normativa estutaria y reglamentaria interna.
En todo el artículo se comete el error de mezclar a la Universidad Central con instituciones cuyo único punto de contacto es que están fuera del CRUCH, agrupación que —como ha reconocido su misma directiva— no tiene el monopolio de la educación de calidad en Chile. En este ámbito, y corrigiendo otro supuesto equivocado del autor de la nota, cabe aclarar que el puntaje PSU de ingreso promedio a nuestras carreras fue de 529,3 puntos, mientras que la tasa de retención de las carreras de pregrado es del 78%.
Disparando a la bandada, acusa a la Universidad Central de ser una de las “instituciones que alimentan socialmente el cada vez menos defendido discurso sobre la promoción social”. Somos una de las universidades privadas más antiguas del país, tenemos treinta años de tradición consecuente con nuestro sello social, lo que se confirma con los $2.800 millones en becas y beneficios para nuestros estudiantes del presupuesto propio de la universidad.
Por todo lo anterior, nos parece que la columna del señor Soto, publicada en su diario, es al menos desprolija, porque emite juicios sin contar con datos suficientes para sustentarlos. En ese sentido, extendemos una invitación al suscrito con el ánimo de que conozca a fondo nuestro modelo de gestión universitaria, que se ha empeñado —y seguirá haciéndolo— en mantenerse lejos de los objetivos del lucro en la educación.
Sergio Escobar Jofré
Vicerrector de Comunicaciones, Universidad Central de Chile