Publicidad

El big bang en el socialismo

Publicidad

La tendencia Nueva Izquierda ha dominado el PS durante casi 20 años, siempre férreamente controlada por su líder Camilo Escalona. Este líder manifiesta reiteradamente que la política interna del PS ya no es de su interés, pone en duda su reelección como senador por la Región de Los Lagos, pues desea convertirse en una figura nacional que va más allá de su liderazgo en la tendencia dominante en el PS.


Muchos cambios acumulados están por provocar un terremoto en el socialismo. Hay dos eventos recientes que lo detonaron: la casi certeza que Bachelet ha decidido regresar al país y asumir una nueva postulación a la presidencia.

La decisión de Camilo Escalona de culminar su trayectoria parlamentaria con la Presidencia del Senado y quedar disponible como ministro y figura nacional en un futuro gobierno de Bachelet.

El Partido Socialista, el partido de Salvador Allende y del gobierno de la Unidad Popular, ha vivido una baja en su votación y sus expertos electorales no ocultan que solo esperan un 8 % en la próxima elección municipal.

Esta baja no parece tan grave si se la asocia con la alta valoración de su destacada militante Michelle Bachelet, para su repostulación en 2013. Pero ¿cuánto de su prestigio se puede traspasar a los candidatos PS al Senado y a la Cámara Baja?

¿Y cuánto puede aportar a la candidatura de Michelle ese PS en decadencia política y electoral?

[cita]La tendencia Nueva Izquierda ha dominado el PS durante casi 20 años, siempre férreamente controlada por su líder Camilo Escalona. Este líder manifiesta reiteradamente que la política interna del PS ya no es de su interés, pone en duda su reelección como senador por la Región de Los Lagos, pues desea convertirse en una figura nacional que va más allá de su liderazgo en la tendencia dominante en el PS.[/cita]

La tendencia Nueva Izquierda ha dominado el PS durante casi 20 años, siempre férreamente controlada por su líder Camilo Escalona. Este  líder manifiesta reiteradamente que la política interna del PS ya no es de su interés, pone en duda su reelección como senador por la Región de Los Lagos, pues desea convertirse en una figura nacional que va más allá de su liderazgo en la tendencia dominante en el PS. ¿Qué pasará entre esa mayoría de militantes socialistas que lo han acompañado? ¿Hay alguna alternativa de reemplazarlo y mantener la férrea disciplina en los actos internos y en las bancadas parlamentarias?

Escalona deja un vacío de poder hacia el interior del PS y no se ve en el horizonte otro liderazgo para su reemplazo.

La reunión de los prohombres del socialismo, algunos de ellos viejos aliados de Escalona, en una casa de la Avda. Pocuro, trata de llenar ese eventual vacío de poder interno y ¿por qué no? para presentar un frondoso conjunto de candidatos a dirigir la campaña y los futuros ministerios de la candidata Bachelet. Pero ella ha reiterado que quiere caras nuevas y que no se entenderá con “lotes” en los partidos, sino que con directivas nacionales bien institucionalizadas. Insistir en esas afirmaciones puede estar entre las causas de la conmoción interna en el socialismo, porque realmente no hay caras nuevas y las viejas ya están muy jugadas por los anteriores 4 gobiernos de la Concertación.

La eventual propuesta hecha por la reunión de Pocuro de Ricardo Solari como futuro presidente del PS, se ha malogrado por el paso en falso dado por Solari al participar en una publicitada foto con la más connotada cúpula empresarial del país.

Es tal el repudio que hay en el PS por el éxodo de antiguos militantes al campo empresarial, que se hace difícil sostener la candidatura Solari, salvo que Michelle se juegue por ella.

La verdadera alternativa a la presidencia del PS, y que sería un refuerzo a la candidatura presidencial, es la de Isabel Allende. Ella se ha mantenido al margen de las disputas internas en el socialismo y su nombre y figura es altamente respetada. ¿Podría ella desempeñar su senaduría por la Tercera Región y simultáneamente dirigir la presidencia de su partido?

La elaboración del programa de la candidatura Bachelet, es la que provocará las definiciones más agudas y críticas en el PS, y en ese proceso no estará la figura de Escalona para imponer disciplina y su visión, ahora centrista, de la agenda política.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias