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¿Dónde están las escritoras?

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Marco Antonio Coloma
Por : Marco Antonio Coloma Estudió literatura e ingeniería. Dirige los sellos editoriales Frasis y Ciertopez. Mantiene el blog Material Ligero (www.material-ligero.cl)
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A estas alturas no nos vamos a enojar con la lista de los mejores libros del año que hizo Fulano, que es un tipo que sabe de lo que habla y a uno le interesa mucho averiguar qué leen tipos como él, aunque sea para confirmar una vez más lo poco que uno ha leído. Porque la lista de Fulano es sobre todo un ejercicio de exhibición, no sólo y evidentemente de aquello que Fulano ha leído, sino también de lo que no ha leído, de aquello que no ha caído en sus manos y cuyo mérito no es capaz de juzgar. Por eso la lista de Fulano es una seña del modo en que los libros circulan y, también, de la manera en que él los coloca en el ámbito de sus intereses.

La Tercera hizo este fin de semana un ejercicio parecido al de Fulano: invitó a críticos y reseñistas locales a elegir los mejores libros chilenos y extranjeros. Más allá de la discusión sobre las omisiones puntuales, lo curioso y culturalmente significativo es que no hay ninguna escritora en la selección. Si le hacemos caso a nuestros críticos, lo mejor de la literatura del año 2012 es exclusivamente una cuestión de hombres: 21 libros destacados, 21 autores, ninguna mujer. ¿Esto es posible? Podemos discutirlo, pero sí, es posible que este año haya sido especialmente escaso en libros escritos por mujeres, y aún más escaso en buenos libros escritos por mujeres (no olvidemos que los críticos están ahí para poner a prueba el filtro de su buen gusto). Pero, ¿es una explicación suficiente? No. Como en el caso de Fulano, los críticos de La Tercera también están exhibiendo la manera en que negocian con los textos literarios y es legítimo preguntarse si están operando en ellos, y de qué modo, cierta batería de prejuicios y alguna que otra voluntad de discriminación.

Es curioso que —para entrar en la arena de las omisiones— la lista de La Tercera no haya destacado un libro como Sangre en el ojo de Lina Meruane, que no sólo obtuvo el premio Sor Juana Inés de la Cruz en México a la mejor novela escrita por una mujer en español, sino que también aparece en la lista de las mejores novelas extranjeras en Argentina. ¿Por qué una novela chilena aplaudida entre la mejor narrativa del continente es invisible para nuestros críticos literarios? Escucho teorías.

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