Opinión
Lo que ha venido a complicar el suceso es la utilización política que el gobierno boliviano ha hecho de esta detención y procesamiento de los conscriptos extraviados, aprovechándolo para desatar una agresiva campaña anti-chilena, logrando con ello, al menos momentáneamente, crear un clima de unidad y fervor nacional en Bolivia, que ha venido a aliviar los conflictos y tensiones que agobiaban al gobierno de Evo Morales.
La justicia chilena ha sometido a proceso a tres conscriptos bolivianos que en una operación anticontrabando, cruzaron la frontera de nuestro país, portando un fusil.
Este incidente, de común ocurrencia en las fronteras de nuestros países, se resuelven generalmente aplicando protocolos de confianza mutua, que se traducen en la detención y expulsión de los militares extraviados a su país de origen, evitando así que tales incursiones erráticas se compliquen innecesariamente.
Se trata en suma, de aplicar un poco de sentido común. Es obvio que estos tres conscriptos no entraron con el ánimo de invadir Chile, ni de perpetrar un acto de guerra ni de provocar un incidente fronterizo deliberado; simplemente se perdieron y fueron a parar a territorio chileno.
Lo que ha venido a complicar el suceso es la utilización política que el gobierno boliviano ha hecho de esta detención y procesamiento de los conscriptos extraviados, aprovechándolo para desatar una agresiva campaña antichilena, logrando con ello, al menos momentáneamente, crear un clima de unidad y fervor nacional en Bolivia, que ha venido a aliviar los conflictos y tensiones que agobiaban al gobierno de Evo Morales.
[cita]Que el gobierno boliviano los reciba como “héroes del mar”, los condecore y agite su regreso como un triunfo sobre Chile, son cuestiones que no merecen inquietud alguna de nuestra parte, nosotros debemos en un acto de GRANDEZA DE NACIÓN, minimizar este suceso, desdramatizándolo y superándolo con rapidez y sencillez, así como hacen las grandes naciones.[/cita]
En efecto, Morales ha elevado la causa de los tres conscriptos a la categoría de afrenta a la nación, agitando al interior del país el sentimiento antichileno y reivindicando ante la opinión pública internacional la condición de víctima que esgrime Bolivia respecto de Chile, haciéndonos aparecer como prepotentes, soberbios y vengativos.
A Morales le sirve la prolongación de esta situación, e intentará sacar el máximo provecho de esta coyuntura. Solo así se explica la decisión de los tres conscriptos de no aceptar la oferta de suspensión del proceso que le propuso el Ministerio público, con lo que habrían retornado a su país, libres y esta misma tarde.
A Chile, en cambio, no le sirve en absoluto, y tampoco le sirve al futuro de las relaciones entre ambas naciones, que solo deberían apuntar a una creciente y amigable integración en la perspectiva del desarrollo común en materias estratégicas para ambos, empezando por la energía, el transporte, las comunicaciones y el cada vez más libre tránsito de mercancías y personas.
Por lo dicho, creo firmemente que ha llegado la hora de expulsar a los conscriptos extraviados, cerrando así, al menos del lado chileno, este incidente.
Que el gobierno boliviano los reciba como “héroes del mar”, los condecore y agite su regreso como un triunfo sobre Chile, son cuestiones que no merecen inquietud alguna de nuestra parte, nosotros debemos en un acto de GRANDEZA DE NACIÓN, minimizar este suceso, desdramatizándolo y superándolo con rapidez y sencillez, así como hacen las grandes naciones.
