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¿Alfabetización financiera?

Hernán Pape Larre
Por : Hernán Pape Larre Académico Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas Universidad Central
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Al respecto, hay muchas opiniones, no obstante, así como desde el colegio se enseña la importancia de contar con una cultura cívica, y en este último tiempo se fomenta una alfabetización digital, entonces también las personas deberían tener una “cultura financiera” que les permita relacionarse con las instituciones financieras e interactuar apropiadamente con los profesionales que allí se desempeñan.


En el ámbito de la industria de los servicios bancarios y financieros, es interesante preguntarse si el ciudadano común está preparado para tomar las mejores decisiones de ahorro, inversión, financiamiento, seguros o relacionadas con el sistema previsional.

Los sucesos políticos y económicos, que ocurren en distintas partes del mundo, afectan nuestra economía. La globalización y los tratados de libre comercio acordados por nuestro país impactan en la variedad de productos disponibles y en sus precios, sobre todo de los bienes importados.

Además, Chile forma parte de la OCDE gracias a su estabilidad económica y política de los últimos 20 años, lo cual ha permitido elevar nuestro PIB per cápita hasta cerca de los US$ 18.000. Es decir, los ingresos de la mayoría de las personas ha tenido un importante incremento, sin olvidarse que queda mucho camino por recorrer en el ámbito de la distribución de la riqueza.

Por otra parte, la bancarización ha crecido significativamente. Pasaron los tiempos en los cuales tener cuenta corriente o tarjeta de crédito era un privilegio. Hoy es común acceder a un paquete de productos bancarios que incluye cuenta corriente, línea de crédito, tarjetas de crédito bancarias, y seguros. Las casas comerciales también han hecho lo suyo mediante la entrega de plásticos con líneas de financiamiento sin mayores restricciones; y otras instituciones financieras han ingresado a este competitivo mercado, como las compañías de seguros, cooperativas de ahorro y crédito, y cajas de compensación.

[cita]Al respecto, hay muchas opiniones, no obstante, así como desde el colegio se enseña la importancia de contar con una cultura cívica, y en este último tiempo se fomenta una alfabetización digital, entonces también las personas deberían tener una “cultura financiera” que les permita relacionarse con las instituciones financieras e interactuar apropiadamente con los profesionales que allí se desempeñan.[/cita]

Al mismo tiempo, en nuestro sistema previsional el ciudadano común es el responsable de incrementar los fondos de su cuenta de capitalización individual, entregados a una AFP, y decidir sobre invertir en Ahorro Previsional Voluntario (APV) o en tal o cual multifondo.

Asimismo, debido al mayor nivel de ingresos de las personas, la oferta de seguros se ha incrementado. Muchas veces los usuarios adquieren un producto y no siempre conocen los seguros asociados: desgravamen, cesantía, sismo e incendio, seguro obligatorios accidentes personales (SOAP), robo, entre otros.

En este contexto ¿el ciudadano común está preparado para tomar las mejores decisiones de ahorro, inversión, financiamiento, seguros o previsión?

Tal vez haga falta una “alfabetización financiera”, pero ¿quién se debe hacer cargo? ¿La propia persona? ¿El Estado debería facilitar ese perfeccionamiento? ¿Los planes curriculares de liceos o colegios?

Sin duda, al respecto, hay muchas opiniones, no obstante, así como desde el colegio se enseña la importancia de contar con una cultura cívica, y en este último tiempo se fomenta una alfabetización digital, entonces también las personas deberían tener una “cultura financiera” que les permita relacionarse con las instituciones financieras e interactuar apropiadamente con los profesionales que allí se desempeñan.

De esta forma, se minimizarán las asimetrías de información y existirá una negociación más equilibrada entre las partes. Junto a ello, las personas podrán administrar de mejor forma su dinero y sacar mayor provecho de los diversos productos transados en el mercado de capitales.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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