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La política en tiempo real

Ricardo Lagos Escobar
Por : Ricardo Lagos Escobar Ex Presidente de la República
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Subyace a todo este ciclo de movilizaciones la pregunta sobre el tipo de instituciones políticas que emergerán y cómo éstas canalizarán de manera permanente y vinculante la opinión de la ciudadanía. Por definición la democracia debe ser representativa, pero podrían surgir nuevas instituciones que entreguen mayores espacios a la participación de ciudadanos y ciudadanas.


En estos últimos años, el mundo ha sido testigo de un fenómeno global de movilizaciones. Motivadas por razones muy específicas de cada uno de los contextos en los cuales han surgido, estas manifestaciones han compartido la crítica contra la desigual distribución del poder y la riqueza. Los jóvenes de la primavera árabe, los indignados europeos, los adherentes al movimiento Occupy en Estados Unidos, los estudiantes chilenos y más recientemente los manifestantes en las calles de Brasil, se han levantado para exigir cambios profundos en sus sociedades. Y en este proceso, han ocupado de hábil manera herramientas que hace una década no existían: los medios sociales en Internet.

En ninguno de los casos mencionados, Internet es la causa que los explica. La Red no provoca la indignación ante las inequidades, pero sí colabora en que el sentimiento se difunda y que aquellos que desean actuar para cambiar la situación se coordinen. El año 2006, la revista Time escogió como personaje del año a los usuarios de la Web 2.0, esas personas conectadas que estaban cambiando colaborativamente la manera de generar y distribuir información, subvirtiendo el orden tradicional de los medios de comunicación de masas. Cinco años después, la misma revista escogió como personaje del año, al manifestante, ese anónimo ciudadano que en muchas partes del mundo salió a las calles para subvertir el orden tradicional de la política.

Entre ambas portadas de la revista Time hay un hilo conductor evidente. Hoy no es posible entender y hacer política sin considerar a los millones de ciudadanos que, desde de los computadores en sus escritorios o sus teléfonos inteligentes, buscan influir en la opinión pública a través de lo que comparten en las redes. La política, entendida como el ejercicio de representar  los anhelos y demandas sociales, hoy se hace en “tiempo real”, generando una tensión entre la tentación de responder al corto plazo y la necesidad de no perder el horizonte del largo plazo, que es –en última instancia- el territorio de la gran política.

Una de las primeras lecciones de este ciclo de movilizaciones globales es la necesidad de avanzar hacia usos ciudadanos más complejos de la tecnología. Lo ocurrido en países como Egipto demuestra el potencial de las redes para llevar a la gente a la calle, pero también refleja las limitaciones de esas mismas tecnologías para construir consensos que den estabilidad y paz.

Sin embargo, hemos presenciado también experiencias interesantes como la islandesa, en la que Facebook fue uno de los espacios ocupados para que la ciudadanía pudiera ser parte del diálogo en torno a la nueva constitución, o las prácticas desarrolladas por el partido Pirata alemán, que usando un software especialmente diseñado para ello, sus militantes discuten y toman decisiones en torno a los distintos temas en los que deben pronunciarse, escogiendo de manera dinámica también a quienes son los llamados a liderar al partido. En la misma línea, vemos cada vez más el uso de tecnología para la participación ciudadana en la gestión de los gobiernos locales, como ocurrió recientemente en la consulta ciudadana para priorizar los temas que deben ser parte del Plan de Desarrollo Comunal de Providencia. En todos estos casos, Internet ha sido un catalizador de acuerdos.

Subyace a todo este ciclo de movilizaciones la pregunta sobre el tipo de instituciones políticas que emergerán y cómo éstas canalizarán de manera permanente y vinculante la opinión de la ciudadanía. Por definición la democracia debe ser representativa, pero podrían surgir nuevas instituciones que entreguen mayores espacios a la participación de ciudadanos y ciudadanas.

En este contexto, desde la Fundación Democracia y Desarrollo estamos contentos con el reciente logro de nuestra comunidad elquintopoder, en la que a poco más de tres años desde su lanzamiento ya han sido publicadas más de cinco mil entradas, columnas de opinión que en muchos casos han provocado intensas conversaciones sobre los más diversos temas de interés público. En contraste con el uso de las redes como espacio para el desahogo ciudadano, necesario pero limitado en su capacidad de articulación, en elquintopoder hemos buscado construir de manera abierta, una comunidad que permita el diálogo y la acción desde la contraposición de ideas y propuestas. Las más de 70 mil personas que hoy integran elquintopoder, ya sea a través de nuestros canales en redes sociales o estando registradas en el sitio, conforman una comunidad en la cual participan de manera horizontal representantes y representados en pos de encontrar miradas compartidas que sean útiles a nuestro país. Aprovecho la oportunidad para agradecerles a todos se hayan apropiado de este espacio, confirmando lo que hace un tiempo escribiera una de ustedes: esta no es la comunidad de Lagos, en rigor nunca lo ha sido, es una comunidad de iguales.

Cuando comenzamos en abril de 2010 nos trazamos tres objetivos: constituir un espacio de encuentro para los ciudadanos interesados en los temas públicos; ser parte de la reconstrucción del vínculo entre la ciudadanía y los políticos; y colaborar en la capacidad de movilización de la ciudadanía en torno a causas específicas. Al revisar estas primeras cinco mil entradas publicadas y las variadas acciones ciudadanas que en elquintopoder se han impulsado, vemos que en buena medida esos objetivos se han cumplido. Sin embargo, al pensar el futuro de nuestra comunidad, emerge con claridad un desafío permanente: avanzar hacia modelos de participación ciudadana que, siendo intensivos en uso de tecnología, aumenten la incidencia ciudadana en cómo se toman las decisiones sobre el futuro de nuestro país. Es ahí donde elquintopoder espera contribuir en los próximos años.

(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl

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