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La educación y el sistema

¿Qué es la educación efectiva en este sistema? Construir individuos con estructuras psicológicas, sociológicas, incluso biológicas que sean viables dentro del modelo. Si alguna vez los griegos se fascinaron con la perfección estética y la Alemania nazi con un ideal de raza superior, hoy es la lógica del mercado llevada a la lógica de la política la que impone el concepto de individuos competentes y aquellos que no lo son; no es raro que hoy todos los programas de educación se basen en currículos por competencias o pretendan hacerlo de esa forma.


Los últimos cuatro años hemos podido observar distintos fenómenos que además han ido acompañados de abundante literatura, lo que ha dejado en evidencia las deficiencias estructurales del sistema económico chileno y su base política.

Estas deficiencias tienen relación con la capacidad sistémica que tiene el modelo para producir errores dentro de la misma lógica de los mercados eficientes, tales como asimetrías de información, monopolios y oligopolios protegidos, conflictos de poderes entre organismos públicos e intereses privados, sólo por nombrar algo.

Los resultados de esta estructura llena de vicios, es que las dinámicas no deseadas tienden a reproducirse a sí mismas y traen como consecuencia una evidente injusticia, donde unos progresan a tasas crecientes, otros lo hacen a tasas decrecientes y, finalmente, están los condenados a permanecer presos de su propio origen social.

[cita]¿Qué es la educación efectiva en este sistema? Construir individuos con estructuras psicológicas, sociológicas, incluso biológicas que sean viables dentro del modelo. Si alguna vez los griegos se fascinaron con la perfección estética y la Alemania nazi con un ideal de raza superior, hoy es la lógica del mercado llevada a la lógica de la política la que impone el concepto de individuos competentes y aquellos que no lo son; no es raro que hoy todos los programas de educación se basen en currículos por competencias o pretendan hacerlo de esa forma.[/cita]

La equivocación, desde mi parecer, es pensar que esto es un error del sistema y no entender que más bien es un horror propio del sistema, un horror que constituye las células madres del mismo, sin el cual no podría sostenerse.

El sistema no es un juez que condene a las personas a ser presas de su propio origen, más bien lo que busca es asegurar la tasa de retorno del capital del 1% más rico y luego, si en ese proceso los demás se benefician, qué bueno, porque esto sin duda generará externalidades positivas.

El sistema no condena a las personas, sí a las estructuras sociales que son visibles producto de su origen. Cuando las personas son capaces de modificar las características estructurales visibles propias de su origen social, alcanzan un estatus que les permite ejercer derechos y acceder a oportunidades que antes sólo eran nominales.

¿Qué es la educación efectiva en este sistema? Construir individuos con estructuras psicológicas, sociológicas, incluso biológicas que sean viables dentro del modelo. Si alguna vez los griegos se fascinaron con la perfección estética y la Alemania nazi con un ideal de raza superior, hoy es la lógica del mercado llevada a la lógica de la política la que impone el concepto de individuos competentes y aquellos que no lo son; no es raro que hoy todos los programas de educación se basen en currículos por competencias o pretendan hacerlo de esa forma.

Al igual que en la Alemania nazi, no es un objetivo buscado eliminar a todos los no competentes, hay que crear campos de horror, para dar ejemplo a los demás de cuál será su destino si no aceptan la mejor forma de vida que puede existir. Esos lugares tenebrosos, que antes se llamaban Amersfoort, Arbeitsdorf, Auschwitz-Birkenau o Banjica, ahora son marginalidad, barrios dominados por narcotraficantes, consultorios y transporte  público, etc.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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