Publicidad
Recursos para regiones, ahora Opinión

Recursos para regiones, ahora

Esteban Valenzuela Van Treek
Por : Esteban Valenzuela Van Treek Ministro de Agricultura.
Ver Más

La megaciudad de Valparaíso es evidente: de Laguna Verde a Quinteros, de Viña del Mar a Villa Alemana. Un megaterritorio que necesita en competencias estructurales su «propio» gobierno que redistribuya recursos, creee equipos de emergencia, planifique y obligue a la adecuada coordinación a nivel territorial.


Qué dolor lo de Valparaíso. El fuego del combustible demoníaco de pinos y eucaliptus destruye como en California o Sidney. El viento de la pobreza azota, como el verso esculpido en rabia que escribió el Gitano Rodríguez.

Qué precariedad para contar con aviones cisternas y más soportes. La respuesta civil es impotente: un Municipio «quebrado» que no puede contener los basurales y los pastizales, un territorio que padece hace décadas el acoso de los incendios pero no cuenta con gobierno metropolitano, una región sin los megaaviones cisternas de última generación, mientras como ironía –al mirar los «sobre» gastos estructurales de Chile– los submarinos de última generación observan las llamaradas con periscopio.

El fortalecimiento de las regiones y municipios para que tengan capacidad de respuesta –como ya lo dijo la Presidenta al visitar las ciudades terremoteadas del norte–, implica dar poder y recursos ahora, como parte de los cambios tributarios y políticos que el país reclama.

[cita]A título personal, considero que traspasar a la Ley de Presupuesto tanto el gasto en ciencia-innovación como las compras de armamento, permitiendo así que los impuestos mineros sean claves para el fortalecimiento de las regiones, con la adecuada ecuación de apoyo a las zonas mineras y redistribución a las regiones rezagadas, es una herramienta clave para este fortalecimiento.[/cita]

La Comisión Presidencial para la Descentralización y la Regionalización acordó adelantar para su encuentro de inicios de mayo en Iquique un primer preacuerdo sobre el fortalecimiento de las finanzas subnacionales. Recordemos que Chile es de los países más centralistas del mundo, con sólo un 15% de gasto subnacional autónomo, versus el 50% de los países desarrollados (OCDE) y el 32% del promedio de América Latina. Dicho gastó disminuirá con la desmunicipalización de la educación, por lo cual es clave fortalecer a los municipios como verdaderos gobiernos locales, como pide la Asociación Chilena de Municipalidades, y a su vez dotar de recursos y competencia a las regiones «relevantes».

Los recursos son limitados en un país de baja carga tributaria como Chile, por lo cual la única solución para una buena descentralización es una combinación de reasignación de funciones y recursos existentes, con el aumento de tasas y tributos. El resto es populismo y demagogia.

En la comisión programática de Nueva Mayoría se propuso ley de rentas regionales y Fondo de Convergencia. ME-O propuso impuestos a los recursos naturales y Matthei un porcentaje del impuesto a la renta y otro a las nuevas inversiones en regiones. Habrá que poner en orden las toneladas de propuestas, informes críticos y mapas de rutas trazados desde fines de los 90 –desde la propuesta de la F. Ebert en 1999, el libro de CONADERE el 2009, a los informes recientes de la OCDE–, además de escuchar las propuestas de las propias regiones y ciudadanos. Es el momento de consensuar una plataforma enriquecida por todos los sectores, ponerla sobre la mesa, y que el Ejecutivo y el legislativo pacten el calendario de este fortalecimiento que incluye esta triple virtud de las mejores prácticas en descentralización del mundo: fuertes municipios, áreas metropolitanas en las megaciudades (Santiago, Valparaíso y Concepción) y gobiernos regionales democráticos y autónomos con sus propios servicios.

Por cierto, esto no es un trabajo de estudios prospectivos ni imagología futurista: se trata de reformas desde ahora y con plazos explícitos, como la propia Presidenta recalcó en su discurso de instalación de la Comisión.

La megaciudad de Valparaíso es evidente: de Laguna Verde a Quinteros, de Viña del Mar a Villa Alemana. Un megaterritorio que necesita en competencias estructurales su «propio» gobierno que redistribuya recursos, cree equipos de emergencia, planifique y obligue a la adecuada coordinación a nivel territorial.

Todos los países desarrollados y latinoamericanos con «buena» descentralización combinan lo mismo en las rentas locales-regionales: a) tributos propios fortalecidos, los que en Chile son débiles tanto por la no apropiación municipal del predial (les ponen topes a los avalúos eximiendo a más del 70% de las viviendas), techos injustos al pago de patentes comerciales a los megagrupos y cadenas comerciales, así como casi total ausencia de rentas regionales (no hay ley y hasta el FNDR es discrecional del gobierno de turno, siendo más fuerte la DIPRES del Ministerio de Hacienda que cualquier pobre impuesto regional; tan sólo una parte de la pequeña patente minera y de los casinos). b) coparticipación de un impuesto nacional (como el IVA) y/o transferencia por ley de un porcentaje de la recaudación nacional, y c) impuestos locales-regionales a los recursos naturales, los royalties o regalías territoriales (mineras, centrales eléctricas, pesqueras, megaforestales) y a infraestructuras de servicios nacionales (puertos, aeropuertos).

A título personal, considero que traspasar a la Ley de Presupuesto tanto el gasto en ciencia-innovación como las compras de armamento, permitiendo así que los impuestos mineros sean claves para el fortalecimiento de las regiones, con la adecuada ecuación de apoyo a las zonas mineras y redistribución a las regiones rezagadas, es una herramienta clave para este fortalecimiento.

El incendio devastador con un viento hacia el puerto no es manejable, pero es evidente que con poder regional-municipal sus consecuencias serían menores. Para los que no creen en esta afirmación, déjennos a las regiones, al menos, intentar demostrarlo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias