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¡No pasarán! Opinión

¡No pasarán!

Señor ministro, el 63% de los chilenos quiere que se logren acuerdos con la oposición antes de las votaciones en el Congreso… ¡No puede ser! –dice el ministro indignado–, es una maquinación de la derecha minoritaria… Señor ministro, el 69% de las personas que apoyan al Gobierno dice que quiere lo mismo…


Somos mayoría… avanzar sin transar… queremos una retroexcavadora… ¡somos mayoría y ejerceremos esas mayorías!… estamos junto a la gente… se abrirán las grandes alamedas (me equivoqué, parece que eso era de otra época… pero igual lo deben pensar).

Ahí estaba el flamante ministro secretario general de Gobierno, Álvaro Elizalde, en el Patio de los Naranjos, esperando que terminaran los preparativos para la conferencia de prensa del día, mientras recitaba para sus adentros el mítico poema de Octavio Paz de 1936, en honor a las fuerzas comunistas en la Guerra Civil española: ¡No pasarán!

«No pasarán / Yo veo las manos frutos / y los vientres feraces / oponiendo a las balas / su ternura caliente y su ceguera… / no pasarán», recitaba el ministro. La derecha tiene que entender que son minoría, Minoría, sí, ¡¡¡son minoría!!!

Señor ministro, el 63% de los chilenos quiere que se logren acuerdos con la oposición antes de las votaciones en el Congreso… ¡No puede ser! –dice el ministro indignado– es una maquinación de la derecha minoritaria… Señor ministro, el 69% de las personas que apoyan al Gobierno dice que quiere lo mismo…

[cita]¡Tenemos un programa que cumplir!, vocifera el ministro… Señor ministro, el 54% de las personas que votó por Bachelet lo hizo porque confiaba en ella y sólo el 26% por su programa de gobierno. ¡No pasarán, no pasarán! La derecha minoritaria, golpista burguesa, imperialista… ¡no pasará![/cita]

¡Tenemos un programa que cumplir!, vocifera el ministro… Señor ministro, el 54% de las personas que votó por Bachelet lo hizo porque confiaba en ella y sólo el 26% por su programa de gobierno.

¡No pasarán, no pasarán! La derecha minoritaria, golpista burguesa, imperialista… ¡no pasará!

A su vez, en la sala de prensa del Ministerio de Educación… Una educación pública, gratuita y de la calidad, sí, señor. Perdón, ¿dónde estudió usted, ministro? Yo… ehhh, en el Verbo Divino, pero si hubiese podido elegir lo habría hecho en un escuela pública, gratuita y de calidad…

¡Vamos a comprar los colegios particulares subvencionados! ¡No puede ser que sigan haciendo tonta a la gente con nombres en inglés que ni siquiera saben pronunciar!, y no los culpo, no pudieron tener todas las horas de inglés que yo tuve en el Verbo… me acuerdo de la Miss Thompson, era estupenda esa gringa…

Pero ¡no!, el gobierno de la Presidenta Bachelet está empeñado en que todos ustedes sean felices y, para eso, sus hijos deben estudiar en escuelas del Estado… ¡aunque no quieran los haremos felices, sí, señor!

¿Cuánto salía comprar las escuelitas de estos aprovechadores?… ¡¡¡qué!!!, pero te volviste loco. Cómo puedes ser mi jefe de gabinete diciéndome esas cifras… y ¿la Presidenta sabe…?

Aló, Presidenta… sí, son 9 mil millones de dólares… sí, claro… no, estoy sobrio, cien por ciento Presidenta… ¿con la guitarra? (se entiende que la del Festival de Viña), bueno, espere un segundo… trin trin trin, sooon nueeeeve millllll millooooones de dóóóólares trin trin trin. Sí, ¿se fijó que lo hice en do mayor?… aló… aló…

Señor ministro, el 52% de los chilenos está a favor del copago. El 63% está a favor de que los colegios municipales y también subvencionados reciban platas públicas. Señor ministro, el 49% de los chilenos considera justo que los dueños de colegios subvencionados tengan ganancias y sólo el 42% está en contra. Señor ministro, sólo el 38% está de acuerdo en la Universidad gratis para todos y el 57% dice que sólo para la gente de bajos recursos.

Señor ministro… sobre los 9 mil millones de dólares que quiere gastar para estatizar la educación subvencionada, le cuento que el 56% de los chilenos quiere que las platas de la reforma tributaria se gasten en salud… señor ministro… ¡señor ministro!…

A su vez, a la salida del Congreso, después de una ardua sesión discutiendo la reforma tributaria, el ministro de Hacienda aparece frente a las cámaras:

La reforma tributaria no se transa, señores… No, señor. ¡¡¡Al pueblo lo que es del pueblo!!!, hasta cuándo… el gobierno de la Presidenta Bachelet está convencido de que toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos…, en una lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria… nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha, que han venido a sustituir a las antiguas. Reforma tributaria, ¡sí, señor…!

Como ministro de Hacienda (ministro de noble apellido pero sin relación alguna con el columnista), quiero dejarles muy en claro que el actual régimen tributario es pura y simplemente el que rige los intereses colectivos de la clase burguesa… Un sistema tributario que ha desgarrado los lazos naturales y no dejó en pie más vínculo que el del interés escueto, el del dinero contante y sonante, que no tiene entrañas. Ese sistema tributario creado por la dictadura genocida de Pinochet, que enterró la dignidad personal bajo el dinero y redujo todas aquellas innumerables libertades escrituradas y bien adquiridas a una única libertad: la libertad ilimitada de comerciar… y, así, la derecha desgarró los velos emotivos y sentimentales que envolvían a la familia y puso al desnudo la opresora dictadura económica en la cual vivimos…

Aló, sí, dígame. La cifra… ¿está subiendo el desempleo?… ¿qué? ¿El Imacec se fue a la cresta…?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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