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La fuerza de uno

Eduardo Yáñez Morel
Por : Eduardo Yáñez Morel Presidente Comité Ciudadano Amplitud Chile
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En Amplitud hace rato que se siente la fuerza de uno. Se vio claramente esta semana en el voto solitario de Lily Pérez en el Senado, rechazando no solo la reforma tributaria si no que también negándose a legislar a espaldas de la ciudadanía, en el living de una casa particular.


“A veces las cometas vuelan más alto en contra del viento, no a su favor”. Winston Churchill.

 Páseme las manos por favor lo voy a esposar. El joven gendarme apretó lo justo para sentir el frío de las grillas en mis muñecas. En milésimas de segundos ese frío recorrió todo mi cuerpo. Me llevaban a la cárcel.

Mis opiniones sobre la justicia chilena calaron hondo en el pleno de la Corte Suprema. La justicia es inmoral, cobarde y corrupta gruñí frente a las pantallas de televisión mientras golpeaba mi puño contra la mesa. Los jueces no tardaron en aplicar su sanción. Ley de seguridad interior de Estado.

Recuerdo que el señor que entintó mis dedos a la entrada de la cárcel tenia un bigotito finito, de esos bien pegaditos al labio superior. Me dijo, ahora lo voy hacer tocar el piano Sr. Yáñez. Lamento decirle contesté, pero yo no se tocar el piano. Rompió en una risa simpática y contagiosa, me explicó que así le dicen cuando pones tus 10 dedos en el tintero para el fichero penitencial.

Una vez en mi celda, me sentí más libre que nunca. Como si estuviera en absoluta libertad y toda la sociedad a mí alrededor estuviese presa. Una sensación fuerte muy difícil de explicar. Era yo el encarcelado, sin embargo los presos eran todos los demás.

He vuelto a sentir la misma sensación recientemente. La fuerza de uno. La fuerza del individuo solo, sin más defensa que su voluntad y convicción, capaz de enfrentar a un tanque de guerra como en la plaza Tian-Men.

Los días lunes nos reunimos en la sede de Amplitud. Al ingresar se me acerca un joven que estaba sentado en recepción, me dice que quiere conversar y aprender más de nuestro movimiento. Le pido que espere un momento para presentarle a la persona encargada. Me responde en seco ¡No yo quiero hablar con usted! Lo he visto en la radio Bio Bio TV y vengo especialmente desde la V región. Casi por reflejo condicionado lo invito a pasar a una oficina que estaba desocupada. Por la ventana veo el palacio de La Moneda, la bandera gigante del bicentenario flameaba como nunca.

Pablo escuchó sin decir nada durante mi extensa presentación de nuestros principios, sueños, objetivos y visión de país. Al finalizar mis palabras, se produjo un silencio. Me dice, ustedes no tienen nada en común. ¿Como?…ustedes no tienen nada en común con la Alianza. Piensan diferente en materia de derechos humanos, están abiertos a temas como el aborto, la marihuana, el matrimonio igualitario, terminar con el binominal, luchan por la dignidad y terminar con la discriminación ¿Que tiene que ver Amplitud con la UDI, RN. y Evopoli?

Quedé para adentro, francamente sin argumentos para contestar algo coherente. Al marcharse el muchacho me dijo, a veces es mejor estar solo que mal acompañado. No lo he vuelto a ver. Sin embargo por estos días nuestra conversación me visita frecuentemente.

En política no es fácil estar solo. Pero sin dudas, es mejor que estar mal acompañado.

En Amplitud hace rato que se siente la fuerza de uno. Se vio claramente esta semana en el voto solitario de Lily Pérez en el Senado, rechazando no solo la reforma tributaria si no que también negándose a legislar a espaldas de la ciudadanía, en el living de una casa particular.

Requiere bastante coraje y carácter para enfrentar las presiones y estrujes de ambos lados de la sala. De ahí la frase de Churchill “A veces las cometas vuelan más alto en contra del viento, no a su favor”.

Quienes fundaron Amplitud llevan consigo cicatrices que recuerdan las heridas del pasado. Todos ellos y ellas conocen la fuerza de uno, lo han vivido y palpado en carne propia. Estoy confiado que sabrán no acercarse a una cabra por delante, a un caballo por atrás, y a un aliado necio por ningún lado. También espero volver a ver a Pablo para hacerle ver mi gratitud por su visita inspiradora.

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