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Televisión, rating y audiencia

Nicolás Ward
Por : Nicolás Ward Periodista y Asesor comunicacional @nicolaswarde
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Si bien cada persona es libre de ver lo que quiera en pantalla, entrando al área chica y quizás pecando un poco de egoísta, me parece que un ejemplo claro de lo anteriormente expuesto está en la teleserie Vuelve Temprano, que transmitió TVN.


Hay ciertos programas de la televisión abierta y por cable que cumplen un variado abanico de posibilidades de entretención a la audiencia y, también, cumplen con un rol educativo. No pretendo aquí hablar de ciertos productos específicos, sin embargo, creo que resulta importante que la opinión pública ponga especial atención hacia aquellos que, de alguna u otra forma, de manera objetiva, alertan sobre una sociedad enfermiza en la cual unos pocos pueden hacer justicia en diferentes ámbitos del día a día.

En el mundo actual, muchas personas de manera transversal, ya sea en lo social, lo económico y profesional, actúan cobardemente ante muchos hechos de la vida cotidiana y donde existe una “mafia» encubierta con el peor de los disfraces: la máscara de la virtud. Es lo que yo llamo doble estándar, ese que opera en todos los contextos y situaciones. No quiero ser crítico de una sociedad que, por cierto, también tiene aciertos cuando se reúne para combatir la pobreza y la injusticia en una dimensión que se denomina “sociedad civil», una que opera de manera colaborativa y asertiva para resolver diferentes problemas que están asociados al ser humano.

Me he podido percatar de que en esas formas de actuar que señalo, la televisión cumple un rol de “doble estándar”. A veces, opera de manera positiva y negativa. Aquí entra al ruedo lo que en teoría de la comunicación se denomina “Usos y Gratificaciones», que es el estudio que explica por qué y cómo las personas buscan activamente contenidos en los diferentes medios para satisfacer sus necesidades.

[cita]Si bien cada persona es libre de ver lo que quiera en pantalla, entrando al área chica y quizás pecando un poco de egoísta, me parece que un ejemplo claro de lo anteriormente expuesto está en la teleserie Vuelve Temprano, que transmitió TVN.[/cita]

Si bien cada persona es libre de ver lo que quiera en pantalla, entrando al área chica y quizás pecando un poco de egoísta, me parece que un ejemplo claro de lo anteriormente expuesto está en la teleserie Vuelve Temprano, que transmitió TVN. Al tomar a la opinión pública en su generalidad, que en horario prime optó por esta producción, me atrevería a decir que en este caso las personas dieron un mayor protagonismo a la teoría de “Usos y Gratificaciones», al sentirse mejor representadas en cuanto a necesidades Cognitivas, al acumular información, conocimiento y comprensión en diferentes situaciones de la vida cotidiana; Afectivas, al vivir experiencias emocionales, placenteras y estéticas; Integración personal, esa que fortalece la credibilidad, la confianza, la estabilidad y el estatus y, por último, la Integración social, aquella característica que llama a fortalecer los lazos familiares, y amistosos.

Sin importar que el producto ofrecido tenga una trama de acción, drama, amor o ciencia ficción, es un tipo de comunicación y con ello cobra relevancia absoluta. Y querámoslo o no, aún cuando el drama evoca diferentes sentimientos negativos en la opinión pública, siempre deja mensajes positivos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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