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Don Ramiro

Por último, Mendoza señaló que la forma de distribución del poder político en Chile es que el «hijo de» es mejor candidato que los otros, porque tiene el conocimiento del papá. ¿Alguien tiene alguna duda de que aquello no sea cierto? Solo basta mirar la composición del Parlamento, del Gobierno, de la judicatura para darse cuenta de que aquello es así. Certero análisis de don Ramiro. El único problema fue que se olvidó de que es el Contralor.


Desde el momento en que el Contralor General de la República, Ramiro Mendoza, emite una declaración pública en la que aclara –y no desmiente– sus dichos durante su exposición en un congreso académico en la PUC, está reconociendo implícitamente que se extralimitó en sus funciones.

Sí, es cierto, se extralimitó, y así se lo hizo ver el Ejecutivo. Y es que, como encargado de ejercer el control de la legalidad de los actos de la administración pública, no es pertinente que emita juicios sobre cuestiones que con seguridad deberá ver en algún momento.

Probablemente, los seis meses que le restan en el cargo fueron un aliciente irresistible para valorar el funcionamiento de algunas instituciones del Estado, hecho que por cierto se escapa de la tradición no deliberativa que autoridades como el Contralor deben tener en el actual ordenamiento jurídico del país

Dicho lo anterior, ¿fueron certeras las críticas vertidas por Ramiro Mendoza?

Veamos solo algunas.

[cita]Por último, Mendoza señaló que la forma de distribución del poder político en Chile es que el «hijo de» es mejor candidato que los otros, porque tiene el conocimiento del papá. ¿Alguien tiene alguna duda de que aquello no sea cierto? Solo basta mirar la composición del Parlamento, del Gobierno, de la judicatura para darse cuenta de que aquello es así. Certero análisis de don Ramiro. El único problema fue que se olvidó de que es el Contralor.[/cita]

Respecto a las reformas en curso, señaló que existen muchos «evangelizadores», es decir, muchas autoridades que, sin análisis ni reflexión de por medio, presentan una y otra vez propuestas que no tienen mayor consistencia y que responden, en la mayoría de los casos, a paradigmas extranjeros que no se adecuan a la realidad nacional ni a sus necesidades.

En efecto, parece ya un ejercicio nacional que las autoridades legislen bajo circunstancias concretas y específicas sin ver el contexto ni medir sus impactos. No falta quien conoció alguna experiencia «progresista» en los llamados «países desarrollados» y, sin más, la presenta como proyecto de ley, o cree que con hacerles caso a las encuestas y a la calle, dicha iniciativa es lo mejor que le puede pasar al país.

Otra de las afirmaciones del Contralor fue señalar que en la Alta Dirección Pública (ADP) no entraron los mejores, tal cual fue la gran promesa que se hizo en su momento, y que el sistema funciona a trastabillones y no da estabilidad a las personas que llegan a las oficinas.

¿Alguien cree que la vinculación política no pesa a la hora de elegir a algún director de servicio? Lamentablemente, los mejores, los que tienen las competencia y conocimientos necesarios para aportar al mundo público, no están en él, ya que todo el aparataje público sigue siendo cooptado por los partidos políticos, dependiendo de quien esté en el poder.

Por último, Mendoza señaló que la forma de distribución del poder político en Chile es que el «hijo de» es mejor candidato que los otros, porque tiene el conocimiento del papá. ¿Alguien tiene alguna duda de que aquello no sea cierto? Solo basta mirar la composición del Parlamento, del Gobierno, de la judicatura para darse cuenta de que aquello es así.

Certero análisis de don Ramiro. El único problema fue que se olvidó de que es el Contralor.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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