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La implementación de nuevas salas cuna: ¿un inicio para emparejar la vereda?

La nueva política viene a dar luces de esperanzas, que si se aspira a caminar hacia un “emparejar la vereda”, teniendo como diagnóstico previo, que las Salas Cunas y Jardines Infantiles no dan abasto para todas las familias vulnerables y la gran lista de espera, que a veces no corre.


El derecho a la Educación es un derecho humano indiscutible, un bien público exigible a lo largo de todo el ciclo vital, cuyo rol del Estado es hacerse responsable, velando que sea de calidad, relevante y pertinente.

Con fecha 8 de de julio de 2014, la Comisión de Educación del Senado de la República de Chile, aprobó por unanimidad uno de los ejes programáticos del programa de la Presidenta Michelle Bachelet, que contempla la creación de 584 salas cunas en 382 localidades distribuidas a lo largo del país.

Al respecto, es importante indicar que el éxito de estas medidas va a radicar en el hecho de que existan salas cunas para la totalidad de las mujeres que están insertas en el mundo laboral y que no sólo sea una instancia exclusiva para aquellas madres que trabajan para el Estado. En la actualidad es un tema que aumenta la desigualdad en nuestro país, en tanto sólo quienes trabajan para el Estado o para Empresas reconocidas, que informan tener más de 20 mujeres insertas, cuentan con dicho beneficio. Pero ¿qué pasa con el gran número que no pertenece a esta “elite privilegiada”?

Me refiero, en especial, a las mujeres que se desempeñan en zonas más remotas o forman parte de predios donde apenas cuentan con el recurso de parte del empresario o “el patrón” (como aún señalan) para cancelar la micro o el furgón que las traslada para ir temprano y regresar al anochecer al hogar; ejemplo concreto, “las mujeres temporeras”. En tanto, el hombre y la mujer laboran, los menores quedan a cargo de un pariente o una vecina de buena voluntad que pueda cuidar al o la menor, o la otra opción es “echar mano al bolsillo para contratar a alguien que cuide al menor afuera y dentro del hogar.

[cita]La nueva política viene a dar luces de esperanzas, que sí se aspira a caminar hacia un “emparejar la vereda”, teniendo como diagnóstico previo que las Salas Cunas y Jardines Infantiles no dan abasto para todas las familias vulnerables y la gran lista de espera, que a veces no corre.[/cita]

Considerando la realidad anterior, la nueva política viene a dar luces de esperanzas, que sí se aspira a caminar hacia un “emparejar la vereda”, teniendo como diagnóstico previo que las Salas Cunas y Jardines Infantiles no dan abasto para todas las familias vulnerables y la gran lista de espera, que a veces no corre. Por lo cual, debe haber una modificación al modo en que se distribuye el puntaje a la Ficha de Protección Social, el que muchas veces no es certero o es modificado por una entrevista o al no haber un control externo que supervise la realidad familiar, por lo cual, la creación de una Superintendencia es un aporte por el rol fiscalizador que entra a tener, como sistema de control y seguimiento de la labor que se desarrolle apoyando a las familias y dentro de lo que implica el cuidado de los menores.

Esto, es sólo el primer paso, si esperamos “hablar de una educación de excelencia”, es algo básico donde a lo que se apunta es a evitar la segregación de cualquier tipo y de acceso universal, con el apoyo del Consejo Nacional de la Infancia. No puede quedar ningún detalle sin ser considerado, porque la comprensión del fenómeno educativo parte desde el momento del nacimiento. Es necesario, por lo tanto, que este punto de la Reforma se enfatice y controle por las instancias que estarán destinadas al control de velar por que esto sea una realidad, el cuidado personal del menor, partiendo por el respeto por el medio ambiente, cuidar el agua, aprender a ponerse y sacarse los zapatos en forma ordenada y usar pantuflas, lo que contribuye a evitar el uso de productos tóxicos que ponen muchas veces en riesgo la salud de los menores y de las profesionales que atienen en el centro específico, el respeto por el espacio del otro(a), integrar el idioma extranjero desde la primera infancia, para que sea ya parte de la vida, y no sólo un requisito con el que se encuentra al ingresar en el nivel educacional obligatorio (NB1).

Tal vez, puede parecer a algunos “básico” o, para otros, “algo pretencioso”, sin embargo, si no se considera todo lo que involucra la primera infancia, no podemos hablar de Reforma, pues no tenemos la base, y tendemos a caer en la paradoja del edificio que en el diseño arquitectónico se corrió un milímetro, que estará siempre en riesgo de caer y que necesitará de constantes refuerzos para su sustento.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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