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Fundamentos del Islamismo Radical

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Por: Pedro Díaz Polanco, Director Ciencias Políticas y Gestión Pública, Universidad San Sebastián


 

Señor Director:

El arma principal que presentan los islamistas radicales está dada por su propia concepción existencial, y que se refiere al hecho de considerarse los verdaderos musulmanes y por ende, los llamados a regenerar el Islam de la degeneración a la que se ha visto sometido la religión a raíz factores endógenos y causas exógenas. Por tal motivo, se presentan ante la umma (comunidad islámica) como defensores de la fe y de los oprimidos, mostrándose dispuestos a sacrificar sus vidas con el fin de liberar y reivindicar al Islam.

Para el grupo de islamistas radicales que enfocan sus esfuerzos violentos en contra de occidente, sus acciones se justifican en función de la arrogancia que han mostrado las potencias occidentales hacia el Islam. Dentro de la “lógica” islamista radical; occidente representa la decadencia de la moral y la existencia de una sociedad corrupta. Se culpa a occidente de querer aniquilar la cultura musulmana y secularizar a los gobiernos de los territorios sagrados. A su vez, y a opinión de los islamistas radicales, occidente ha sido culpable y lo sigue siendo, de la decadencia social de algunas comunidades islámicas que no han podido recuperarse de la colonización a la que fueron sometidos. De esta forma, el odio hacia occidente es fundamental para justificar y legitimar ante Dios, y su propio colectivo, las acciones que nosotros consideramos como terroristas.

De esta forma, y para estos grupos, el combate a occidente ayuda a mantener puros a los musulmanes, debido a que occidente es considerado fuente de vicios, corrupción y maldad. Los islamistas radicales están convencidos que los regímenes corruptos, impíos y apóstatas, que se mantienen en territorios sagrados del Islam, lo hacen únicamente por el apoyo expreso que occidente les presta, situación que ha provocado que los islamistas radicales hayan decidido atacar sin piedad al mundo occidental y así enviar sendos mensajes a las sociedades de los países afectados para que presionen a sus gobiernos a fin que estos dejen de apoyar a esos “regímenes impuros”.

Por lo tanto, para estos, occidente no es cultura, sino que responde a una unidad anticultural que a través de su expansión amenaza gravemente los valores sagrados del mundo islámico, factor que es suficiente para que deba ser combatido.

Pedro Díaz Polanco
Director Ciencias Políticas y Gestión Pública
Universidad San Sebastián

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