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Escribir y confiar para vender

Leo Meyer
Por : Leo Meyer Periodista. Conductor de programa InnovaRock en radio Futuro.
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Si eres incapaz de lograr un buen relato escrito de tu idea de negocio será más difícil que logres explicársela al ejecutivo del banco, al inversionista o al que podría comprar ese producto o servicio que sin duda es maravilloso… pero nunca lo entendieron.


He conocido miles de personas que tienen interesantísimas ideas de negocio (esas que surgen de la observación, no de la imaginación. Ver columna anterior) pero que les resulta imposible explicársela a alguien como yo para que la entienda. Y no son pocos los que se enojan cuando descubren que mi expresión es muy parecida a la que uso para jugar póker. Ellos están en gravísimos problemas.

Dan vida y alimentan a esa idea en su cabeza, solamente en su cabeza, la misma que horas antes estuvo concentrada en los estudios o el trabajo diario y la que dos horas después debe compartir con los hijos, la pareja o contemplar un evento cultural. Entonces, cada vez que quieren expresar la idea, se confunden los conceptos, las mejoras se olvidan y no existe evolución en los dos, tres o veinte años que esa idea siga dando vueltas en esa cabeza.

La solución para revertir ese encierro es muy simple, pero todo un desafío para quienes pasamos presionando las teclas del celular, computador, tablet o control remoto todo el día: escribe tu idea. Si eres incapaz de hacerlo serás también incapaz de explicar tu idea de negocio a otro.

La hoja o pantalla en blanco es justamente un “otro”, con la diferencia que acá puedes escribir, borrar, revisar y mejorar el desarrollo de tu idea cuantas veces quieras, en cambio ese gerente probablemente no te dará una segunda oportunidad.

Y aquí aparece un elemento clave del proceso de emprender: la confianza. Una vez que tengas medianamente desarrollada tu idea, es importante que la compartas con otros. Es aquí cuando en muchos de mis talleres la gente se espanta y me dice “pero me van a robar la idea”.

La confianza se gana y no se regala. ¿Acaso tu confiarías en alguien que no conoces la custodia de algo extremadamente valioso para ti? Claro que no. Pero tampoco puedes andar por la vida desconfiando de todos y tienes claro que aquellos que merecen tu confianza son pocos, pero ahí están. Pues bien, esto es lo mismo.

Ahí están tus padres, el mejor amigo y la novia, quienes probablemente no entiendan nada pero de seguro no le contarán a nadie tu idea. Solo trata de evitar a las mascotas, ya que necesitas asegurarte que tu interlocutor entienda bien la idea, aún cuando no pueda hacer aportes técnicos.

Escribe tu idea en un lugar en el que tengas fácil acceso para que cada vez que quieras darle una vuelta vayas a ese papel o archivo y puedas agregar lo nuevo. Cuando sientas que ya tiene coherencia resume los principales conceptos, y decide a quién y cómo plantearás tu idea de negocio. Asegúrate si la persona en quien confiaste entendió el problema y la solución que planteas, o bien, trabaja en aquellos puntos que no quedaron claros.

Si eres incapaz de lograr un buen relato escrito de tu idea de negocio será más difícil que logres explicársela al ejecutivo del banco, al inversionista o al que podría comprar ese producto o servicio que sin duda es maravilloso… pero nunca lo entendieron.

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