Señor Director:
En cinco meses hemos recibido casi 500 testimonios de mujeres chilenas que han enfrentado un embarazo vulnerable. Algunas son mujeres extremadamente jóvenes, otras con serios problemas socioeconómicos, víctimas de violencia y violación, que enfrentan el diagnóstico de enfermedad grave del hijo o con embarazos de alto riesgo para su salud. También testimonios de mujeres que están profundamente dañadas después de haberse realizado un aborto provocado.
Vemos que hay patrones que se repiten constantemente. En la gran mayoría de los casos han pensado en abortar creyendo que esa era la única solución a sus problemas. Algunas lo concretan, pero para muchas pasa el tiempo y por distintas razones desisten repitiendo otro patrón: ninguna se arrepiente de continuar su embarazo. Por el contrario, en nuestra experiencia para todas ellas sin excepción y sin importar el desenlace del embarazo, su hijo es un motivo de alegría.
En perspectiva comprenden que el shock y estrés provocado por la misma situación de vulnerabilidad las deja en un estado emocional de bloqueo y negación, donde son fácilmente influenciadas y donde se pueden tomar decisiones de las cuales se hubieran arrepentido de forma permanente. Ese estado después pasa, pero es ahí, en esa ventana de vulnerabilidad donde más ataca el proyecto de aborto.
Hemos visto que muchas de aquellas mujeres que no pudieron contra la presión y abortaron, no sólo se arrepienten sino que están dañadas física y emocionalmente y quisieran poder tener la dicha de volver el tiempo atrás.
En Testimonios por la Vida entregamos contención y ayuda de fundaciones que trabajan por la mujer y sus hijos. Creamos un espacio para ser escuchadas por pares y recibir apoyo. Esto es lo que hace una gran diferencia y de nuestro país un lugar más inclusivo y humano.
Constanza Saavedra Caviedes
Josefina Lemaitre Palma
Editoras de Testimonios por la Vida
