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Sobre Bernie Sanders

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Por: Cristián Hernández Maturana, M.A. Filosofía, Friedrich-Schiller-Universität Jena


Señor Director:

En su columna del día 01.03.2016, Gonzalo Bustamante reproduce la típica visión escéptica, desdeñosa y pedante de los medios de comunicación norteamericanos acerca de la candidatura de Bernie Sanders. Según esta visión, Bernie Sanders sería un mero candidato periférico y disidente que sólo produce ruido y que no tendría ninguna posibilidad real de ser el nominado del Partido Demócrata. Además, Bustamante hace una patética analogía religiosa, insinuando que los simpatizantes de Bernie Sanders verían en su candidato a la presidencia un ídolo mesiánico. En referencia a la resonancia que el mensaje de Bernie Sanders ha tenido en los jóvenes, Bustamante menosprecia a la juventud, haciendo referencia a una cierta labilidad emocional. Lo más grave es que, en su columna, Bustamente ignora la realidad socioeconómica que explica la resonancia y el éxito que ha tenido la campaña de Bernie Sanders.

¿Por qué, habiendo partido en un 3% en las encuestas, Bernie Sanders vence hoy a todos los candidatos republicanos en una posible elección presidencial? El mensaje socialdemócrata de Bernie Sanders denuncia, entre otras cosas, un sistema corrupto de financiamiento de las campañas políticas que ha transformado la democracia norteamericana en una oligarquía, en la cual los políticos representan los intereses particulares de las corporaciones que los financian, en vez de representar el interés común. A diferencia de todos los candidatos, incluida Hillary Clinton, la campaña de Bernie Sanders ha sido financiada por donaciones particulares que promedian los US$ 27. Además, Bernie Sanders denuncia la desigualdad económica y la desaparición de la clase media norteamericana, causada por la transferencia de la riqueza al 1% de la población, y acentúa que el 0,1% tiene casi la misma riqueza que el 90% más bajo. Asimismo, Bernie Sanders, en el entendido de que un título universitario equivale hoy a lo que antes era un título de la educación secundaria, denuncia los elevados costos de la educación superior y la asfixiante deuda estudiantil, promoviendo, en cambio, la gratuidad universal de las universidades públicas y la renegociación de la deuda estudiantil a la tasa de interés más baja posible. Para ello propone un impuesto a la especulación de Wall Street. Los paralelos con la realidad socioeconómica y política chilena parecen evidentes. Además de denunciar otros tantos asuntos y problemas relacionados, por ejemplo, con la seguridad social, el sistema de salud o el sistema de justicia y carcelario, Bernie Sanders ha demostrado ciertas cualidades raras en un político: autenticidad, honestidad, consistencia y transparencia. Los jóvenes perciben en Bernie Sanders un político que es motivado, no por cálculos, estratagemas o compromisos con sus auspiciadores, sino por convicciones morales.

Es de esperar que sus lectores no perciban en la columna de Bustamante sino un mero flatus vocis y que esta los motive a informarse autónomamente y a partir de múltiples fuentes.

Sinceramente,

Cristián Hernández Maturana, M.A. Filosofía, Friedrich-Schiller-Universität Jena

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