Señor Director:
Luego de leídas las intervenciones de los señores Schalper y Mansuy, a propósito del proyecto de ley de aborto tramitándose en el Congreso Nacional, llama la atención la renuncia expresa que hacen ambos a uno de los argumentos que podría, en el evento de querer usarse, ayudar su posición “pro vida”.
En palabras de los señores Schalper y Mansuy el aborto es el “triunfo de una visión individualista” de la sociedad, que privilegiaría el interés personal por sobre los derechos de otros, en este caso, por sobre del derecho a la vida del no nacido.
Ambos olvidan mencionar, sin embargo, que es justamente el hecho que las democracias liberales modernas protejan la individualidad del ser humano (con su carga de dignidad o de derechos) uno de los argumentos institucionales más poderosos en contra de la capacidad del estado de decidir sobre la vida o la muerte de los individuos.
No es el interés de esta carta entrar en la discusión sobre si el feto o embrión es o no una persona y si eso conlleva derechos para éste o aquel. Sin embargo, en el evento que se llegara a una postura avalada razonablemente de que sí son personas humanas, una visión liberal de la sociedad justamente ampararía a tales fetos o embriones de las decisiones del “leviatán”, y no así las posiciones colectivistas y comunitarias que, históricamente, han forzado la voluntad de sus individuos.
En tal evento, se debería aclarar, que sus ataques contra ese supuesto individualismo van más contra la decisión del legislador de privilegiar un derecho individual (la salud o vida de la madre) por sobre otro (la vida del no nacido) pero en ningún caso se trataría de una consecuencia de propender a una sociedad libre en que sean los individuos los que decidan qué hacer con sus vidas.
Cristóbal Gigoux
Abogado UC
