Publicidad
Club Deportes Valdivia y la libre competencia

Club Deportes Valdivia y la libre competencia


Club Deportes Valdivia podría acudir ante el Tribunal Patrimonial. Podría además pedir una Orden de No Innovar y requerir a dicha judicatura suspender el pago de UF50.000 en tanto no se resuelva el tema de fondo. Sin embargo, es atendible el eventual temor de esta pequeña institución deportiva. En consecuencia, sería plausible acudir ante la Fiscalía Nacional Económica o bien, subsidiariamente, que ésta actúe de oficio.

En términos generales, diríamos que el paso para cualquier club de fútbol amateur que aspire a jugar en la liga profesional chilena es sencillamente traumático, dado el fuerte desembolso económico en que debe incurrir toda vez que se le exige el pago de una suma aproximada de UF50.000, o US$1 millón trescientos mil aproximadamente. Una aberrante barrera de entrada que bien podría ser conocida en sede de competencia para los efectos pertinentes.

Para Club Deportes Valdivia lo anterior no constituye una excepción. Quien acaba de ganar en cancha el derecho a ascender y jugar en Primera B deberá cancelar, de acá al 8 de junio del presente, la suma aproximada de $650 millones y el resto en cuotas mensuales, según se desprende de publicaciones de prensa.

Club Deportes Valdivia, como todos aquellos que participan en Segunda División, es una pequeña institución. Sin embargo, de los 13 clubes que participaron recientemente en la competencia fue la primera, con 63 puntos, logrando el ansiado ascenso a Primera B hace un par de semanas.

Desconozco los montos, pero me imagino que el presupuesto mensual de un club como «El Torreón» no debiere superar los 18 millones de pesos, si consideramos gastos en planilla de jugadores, cuerpo técnico, administración, movilización, a lo largo de todo Chile y arriendo de instalaciones. Debemos considerar, asimismo, que el club también tiene Fútbol Joven. Este costo es homologable, creo yo, a los otros clubes que desean participar en tal categoría, según se desprende del Reglamento Unidad de Control Financiero.

En consecuencia, el beneficio del club para la comunidad de Valdivia es inconmensurable si consideramos las alegrías que da, como el inserto de gente muy humilde en actividades recreativas.

Ahora bien, un club de Segunda División del fútbol chileno que aspire a jugar en Primera B, debe cumplir con una serie de requisitos básicos tanto institucionales como patrimoniales, establecidos en los estatutos de la ANFP como reglamento, respecto de lo cual no cabe sino hacerlos suyos, toda vez que son de universal observancia y aseguran un adecuada participación en competencias de fútbol.

Sin embargo, adicional a estos, cabe cumplir con un requisito que es de suyo anticompetitivo, toda vez que genera una barrera de entrada imposible de soslayar para toda institución que se pretende profesionalizar. Me refiero a lo aseverado en el Reglamento de la ANFP, en particular, Título VII, Del Patrimonio, art. 52, que señala que el Consejo de Presidentes en Asamblea Extraordinaria efectuada en el mes de noviembre debe establecer el monto de las cuotas ordinarias, tanto extraordinarias como de incorporación.

[cita tipo=»destaque»]Estamos en presencia de un actor monopólico, como la ANFP, que es la única que viabiliza la participación de entidades deportivas profesionales. En consecuencia, Club Deportes Valdivia no tiene otra opción.[/cita]

Es del caso señalar que en Consejo de Presidentes, presumiblemente en el período presidido por Sergio Jadue J., se estableció el pago UF50.000 para todo club que desee incorporarse a la Primera B del fútbol profesional y que ha ganado su legítimo derecho en cancha. En consecuencia, si cualquier club de Segunda desea participar en la división superior debe pagar algo aproximado de $1.300 millones.

Ahora bien, presumiblemente, el día de mañana, los dineros por concepto del Canal del Fútbol (CDF) podrían amortiguar aquel monto que Club Deportes Valdivia debiere aportar. Pero ello es incierto, justamente por consideraciones de competencia que no son del caso explicar acá, y, menos, durable en el tiempo. ¿Quién asegura que «El Torreón» podrá desafiar tranquilamente la Primera B naciendo con tamaña e ignominiosa deuda?

Por otra parte, y en cuanto al mercado relevante, cabría señalar que el mismo es el conformado por las competencias organizadas al amparo de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional que, como entidad que depende de la Federación de Fútbol de Chile, es la única que puede liderar competencias bajo norma FIFA. Lo anterior es de extrema gravedad, toda vez que no hay otras ligas o entidades afiliadas a la Federación que permitan, en el extremo, desarrollar el fútbol en carácter profesional como cualquier club desea practicarlo. Por lo tanto, estamos en presencia de un actor monopólico, como la ANFP, que es la única que viabiliza la participación de entidades deportivas profesionales. En consecuencia, Club Deportes Valdivia no tiene otra opción.

En cuanto a la tipificación del ilícito, se ha ejecutado un hecho que entorpece gravemente la libertad del club para participar de competencias profesionales deportivas al alero de la ANFP. Ello entorpece la libre competencia. Cabe señalar que ninguna Asociación, aun cuando se vote unánimemente una decisión, puede infringir la ley ni menos lesionar el bien común de los afiliados. Cambiar el criterio de manera desproporcionada, como se hizo, es desmesurado, así como arbitrario y abusivo. El que lo hayan hecho con otros clubes no ampara licitud como rectitud, ni ahora, en el pasado o el futuro.

Finalmente, y para quienes creen lo contrario, hoy es cada vez más frecuente que entes jurisdiccionales autónomos analicen aspectos deportivos que creíamos estaban excluidos de dicha sede, dado el protagonismo y exclusividad de FIFA. Loreta Lynch, desmantelando la FIFA, o bien Fifpro, entidad que reúne a los jugadores profesionales, demandando a FIFA ante la Dirección de Competencias de la Comisión Europea, objetando el sistema de transferencias de jugadores, dan cuenta de esto último.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias