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Suprimir la enseñanza de la filosofía

Por: Germán Gómez Veas, Académico y consultor en materias de liderazgo y pedagogía


Señor Director:

Varios medios de comunicación han difundido la noticia de que el Ministerio de Educación tendría hoy, el propósito de suprimir o disminuir la enseñanza de la filosofía en el sistema escolar. Sin embargo ninguna autoridad de esa cartera se ha referido con precisión acerca de esta situación.

Es necesario tener presente que el rumbo de la incomprensible política pública de deteriorar la enseñanza de la filosofía comenzó hace exactos 20 años, con la reforma educacional de 1996. En efecto, en esa reforma que liderara el Presidente Frei, y cuyo eslogan fue mejorar la calidad de la enseñanza poniendo el centro en el “aprender a prender”, ya se disminuyeron las horas de filosofía en el programa obligatorio. A partir de esa medida del gobierno de turno, la situación de la filosofía en el curriculum escolar es precaria.

Ahora bien, que el espacio de la filosofía en el curriculum caiga desde la precariedad a la inexistencia sería un acto gravísimo, con consecuencias nocivas en la formación de los jóvenes. Valga como ilustración en una configuración amplia, que las humanidades facilitan una comprensión crítica de la sociedad actual y propician la correcta valoración de aquello que posibilita una evolución progresiva del entramado relacional genuinamente humano. Y en una perspectiva más particular, merece la pena subrayar que los jóvenes se benefician con la filosofía en cuanto ésta les abre horizontes para planteamientos profundos acerca de las materias fundamentales que afectan a la vida de las mujeres y de los hombres, en un contexto social con enormes y dinámicos desafíos, que en ciertos aspectos aparecen incluso, con una apariencia de ser insondables. Al mismo tiempo, es sabido que esta rama de los saberes fomenta y ejercita las dimensiones del pensamiento crítico, permitiendo el natural perfeccionamiento de la capacidad de cuestionar, imaginar, evaluar, formular hipótesis o aplicar principios, en narraciones verbales o escritas.

Entonces, ¿cómo no habrá una sola autoridad en el MINEDUC que comprenda lo fundamental que es la enseñanza de la filosofía en los niños jóvenes y ponga las cosas en su lugar, aumentando las horas de filosofía en el curriculum?

Germán Gómez Veas
Académico y consultor en materias de liderazgo y pedagogía

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