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Medicamentos en góndolas

Por: Mauricio Huberman Rodríguez. Presidente Nacional, Colegio de químicos farmacéuticos y bioquímicos de Chile


Señor Director: 

Estimo un deber advertir respecto del riesgo que implica la oferta y disposición del medicamento como un producto de consumo corriente, expendidos fuera del mesón de las farmacias.

El hecho que existan medicamentos que no requieren de receta médica para su venta, no implica que éstos no puedan causar graves efectos adversos derivados de su uso indiscriminado y de eventuales errores derivados de la automedicación. De hecho, otros países como Argentina han revertido esta medida. Además, con esto también perjudican a las farmacias independientes. Solo las cadenas pueden implementar góndolas delante del mesón, que implican contar con espacio e invertir en seguridad.

El medicamento es un bien social, esencial para la salud pública; y no debe ser conceptuado como mero bien de consumo. La trascendencia que tiene en la vida humana el uso de medicamentos, hace indispensable el control del Estado en todas las fases de generación del producto farmacéutico, incluida la dispensación. Así, la Autoridad Sanitaria debe proteger los derechos de las personas y velar por la salud de la población, como lo establece el mandato constitucional.

Los medicamentos de Venta Directa son de uso ocasional y no de uso frecuente. La automedicación puede derivar en un aumento del gasto en salud a mediano plazo, ello porque ningún medicamento es inofensivo, toda persona es potencialmente susceptible a sufrir alguna reacción adversa.

Frente a la demanda de un producto farmacéutico el paciente tiene el derecho y el deber de exigir que se le brinde una correcta atención. Eso, ya que todo medicamento -dependiendo de cómo se administre- puede atentar o contribuir a la recuperación de la salud. El rol fundamental del profesional químico farmacéutico es realizar una dispensación informada de los medicamentos con el objeto de asegurar los efectos terapéuticos deseados.

En Chile urge el desarrollo de una “cultura del medicamento”, que cautele el uso racional del medicamento y que eduque a la población en los riesgos asociados al abuso en el consumo indiscriminado de los mismos. Con ello, se busca asentar en la comunidad convicciones y conductas necesarias, para informar y asegurar el uso correcto de los medicamentos, como ocurre en los países de mayor desarrollo sanitario.

Mauricio Huberman Rodríguez. Presidente Nacional, Colegio de químicos farmacéuticos y bioquímicos de Chile

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