Señor Director:
La noticia de la eliminación de las tareas en los colegios municipales de Las Condes pone en jaque el reconocimiento del carácter profesional de la docencia. Incluir o no tareas al hogar en el diseño de los procesos de enseñanza es una prerrogativa profesional. Un docente debe poder decidir autónoma y responsablemente si es pertinente para determinado aprendizaje una tarea, si tiene sentido pedagógico. Las tareas no deben responder (como hoy ocurre) a presiones de padres o autoridades escolares. Es una decisión profesional.
Las autoridades tienen el rol de garantizar una buena formación inicial y continua, de promover la autonomía profesional de los docentes en los establecimientos educativos en un contexto de confianza, reflexión y colaboración. También de difundir orientaciones a docentes y directivos, por ejemplo, relativas a los beneficios de circunscribir las tareas a las indispensables, o al buen uso de la JEC. Pero prohibir en este campo es atentar contra el carácter profesional de la docencia.
No queremos niños agobiados con tareas mecánicas y sin sentido, que respondan a presión y control exitista, pero esto no se logra con prohibiciones, sino favoreciendo la formación de docentes de excelencia y promoviendo el respeto por la legitimidad de sus decisiones profesionales.
Andrea Ruffinelli
Académica
Facultad de Educación
Universidad Alberto Hurtado