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Si me preguntan: No Más AFP

Por: Fernanda Reyes, Rancagua


Señor Director:

Un día Juan me dijo que  el “asunto de las AFP”, es netamente responsabilidad individual, aludiendo que cada persona debe preocuparse en destinar sus recursos de la mejor forma para poder acceder a una buena jubilación en el futuro.

Juan es jubilado y  goza de buena salud.  Mientras escuchaba sus argumentos, no podía dejar de pensar en que tal vez  tuviese razón, lo seguía escuchando hasta que comencé a divagar.

Mi mente viajó en las miles de situaciones que podrían generar para que una persona  que no tenga una buena jubilación no culpe al sistema y después de dar la vuelta entre personas con muchos hijos y sin expectativas laborales altas, trabajadores independientes sin capacidad de ahorro, etc,  llegue a mi realidad que no es ni paralela ni exclusiva.

En alguna ocasión hice un simulacro con mi situación actual: muchas lagunas, muchos contratos a honorarios,  sumada mi  inestabilidad laboral y el resultado dio la irrisoria suma de 25 mil pesos mensuales, estando en el fondo e y si decido cambiarme al B,  mi pensión presentaría un incremento de: “redoblen los tambores”, 31 mil pesos.

Luego hice otra proyección mía trabajando  hasta los 60 años, ganado entre los 400 y los 500 mil pesos, sin otro ahorro, solo mi trabajo (espero que sea mejor que eso)  y según  la superintendencia de pensiones mi jubilación sería en el mejor de los casos 165 mil pesos,  y si postergo  mi jubilación en tres años,  esperando que la “virgencita me de buena salud”,  tendría una pensión  de 211 mil pesos.

Entonces me agobio ya que hoy, sin contar gastos de colegio de mis hijos,  (que estando viejita ya no los tendría) gasto entre 300 mil pesos y 400. Sin contar esos gustito que a veces nos damos con mi esposo, como comprarnos una hamburguesa doble en  el mall o un churrasco don la “la Tía Julia” (Rancagua).

Todo eso pensaba cuando volví  al presente y la voz de Juan seguía ahí diciendo algo así como que la gente suele gastar plata en cigarros. Creo que su punto era que esa plata se podría ahorrar, ¿será mi culpa?, deberé nunca más  darme esos gustos proletarios con mi esposo y dejar de lado el vino en caja, las doble queso,  y ni hablar de viajar,  con suerte ir a Pichilemu cuando los hijos crezcan ¿?. Mi realidad es que  en este momento no tengo gran capacidad de ahorro, guardo  algo de dinero  pero no es para mí, es para la familia, pensar en guardar para mí es una buena idea pero no nos alcanza.

Juan defiende el sistema de AFP,  o  eso intenta a veces,  porque si bien reconoce que algo anda mal con  el método, su existencia debe continuar, por eso cuando le digo que su situación en particular  es distinta a otras, (la mía) alza la voz y me dice “NO” y antes que continúe lo interrumpo y  le recuerdo que él  trabajó toda su vida en la misma empresa, recibió a lo largo del tiempo reajustes y una que otra negociación (Codelco) y algo de dinero  al momento de jubilar a lo que se suma la pensión  que si bien es menor que su últimos sueldos, es  varias veces mayor a la que recibiría yo.  Insiste en que es problema de cada cual, así que me olvido de Juan.

Mi abuela, jubiló con una pensión del Estado, siempre fue trabajadora independiente,  (feriante), recibía algo así como 70 mil pesos  en el  año 2010;  fue responsabilidad de ella no haber ahorrado de forma particular en una AFP, muy probablemente  hubiera jubilado con una pensión parecida a la mía. Por su parte  mi tío jubiló el año pasado  y actualmente ‘saca’ 108 mil pesos mensuales, él si se impuso parte de su vida, fue responsabilidad de él no haber llenado las lagunas para jubilar con algo menos que el mínimo, (que fue lo que ganaba cuando era trabajador dependiente).

Mi bisabuela  era jubilada del Seguro Social y en el año 2000 recibía poco más de 80 mil pesos y fracción,  lo que era aceptable en esos años pero igual insuficiente. Ninguno de ellos  les alcanzaba para vivir.

Mi abuela trabajó hasta el final de sus días, apenas caminaba pero hacía ensaladas para vender, (dinero no imponible), mi tío continúa trabajando y lo hará hasta que pueda su cuerpo, (no imponible), mi bisabuela arrendaba una casa de otra forma no hubiese podido pagar la vida. Y mi mamá no alcanzó siquiera a recibir la suculenta pensión que la esperaba, murió antes, de cáncer ovárico, atendida en el sistema público pero esa es otra historia.

Esas son algunas realidades, las que conozco y por ellas sé que algo no está bien y no es porque las personas se gastan la plata en cigarros en vez de ahorrar, así  que si me preguntan: No Más AFP.

Fernanda Reyes, Rancagua

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