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Por qué el gobierno se equivoca al aprobar la planta CIGRI en Til Til

Ricardo Camargo
Por : Ricardo Camargo Profesor Investigador. Facultad de Derecho Universidad de Chile.
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El martes 25 de julio el Comité de Ministros de Michelle Bachelet hizo pública una decisión que ya muchos preveían: aprobó, unánimemente seguir adelante con el proyecto “CIGRI” en Til Til. CIGRI es una planta de residuos tóxicos, que se sumaría a las más de 30 instalaciones contaminantes en la localidad.

El miércoles estuvimos junto a nuestra candidata presidencial Beatriz Sánchez en un gesto de solidaridad al pueblo de Til Til, y de apoyo a su lucha por la defensa de su tierra y la vida de sus niños. Ahora, como candidato a diputado por el Frente Amplio en el distrito 8, que por cierto incluye la comuna de Til Til, queremos presentar las razones que sustentan nuestro firme rechazo al proyecto que se pretende instalar. Seis son las razones por las cuales afirmamos que el Comité de Ministros debió rechazar su instalación:

1.- La emisión de residuos contaminantes

Un estimado de 161 toneladas de residuos, la enorme mayoría de ellos contaminantes, serán recibidos anualmente en la planta. Esto por 29 años, luego de lo cual la planta se deberá clausurar y monitorear por 50 años. Es tal la toxicidad de estos residuos que, una vez depositados, tendrán que ser monitoreados por cinco décadas. Después de esa mitad de siglo, los residuos depositados en el ecosistema quedarán sin supervisión alguna. Estos residuos no se absorben por el ecosistema, lo que aumenta el riesgo de contaminación atmosférica y daños al suelo por percolación producto de la fatiga de los materiales que, ciertamente, no duran para siempre.

2.- Contaminación del aire

Tanto durante la construcción como la operación de la planta, se proyecta una emisión excesiva de contaminantes atmosféricos, que amenazan la vida y salud de las personas y la integridad del medioambiente en general. Según consigna la propia RCA (RCA009/17, 6.1, p. 97), “el proyecto supera los límites establecidos para el contaminante MP 10 (año O — 28) y NOx (año 19)». Esto vulnera los estándares legales (establecidos en el DS 66/2009 del Ministerio SEGPRES) sobre niveles permisibles de material particulado. Además, la emisión de estos gases contaminantes formará aerosoles ácidos, los que a su vez provocan lluvia ácida, la cual corroe  infraestructura, flora, fauna y las vías respiratorias humanas provocando daños a la salud.

3.- Contaminación del agua

Las aguas de los Esteros Til Til, Lampa y Maipo Norte, que configuran la cuenca Los Ciruelos, serán dañadas por contaminación tanto de forma superficial como subterráneamente. Esto, pese a que la empresa señala que no hay riesgo alguno. CICLO omite considerar los riesgos de percolación y/o fuga de líquidos lixiviados. La empresa contempla un modelo ideal de circuito cerrado de manejo del recurso agua. Es necesario que se contemple los riesgos ciertos de percolación, fugas o derrames, como también la condición ordinaria de la caída de agua lluvia sobre el Relleno de seguridad.

4.- La carga de enfermedades, la afectación de la salud de los habitantes de Til Til

La sobrecarga ambiental y los efectos que traerá ésta sobre la salud de la comunidad de Til Til fue tratado en detalle en el informe pericial del doctor Andrés Tchernitchin Varlamov, presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico de Chile, profesor titular y jefe de laboratorio del Instituto de Ciencias Biomédicas  de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

[cita tipo=»destaque»]La experiencia comparada exige que para la instalación de este tipo de plantas de desechos industriales tóxicos, se consignen secciones de territorios claramente deslindados, sin población civil, sin valor patrimonial y habitualmente desérticos, sin riesgo de contaminación de recursos hídricos y medioambientales valiosos, y con participación ciudadana vinculante de las comunidades circundantes.[/cita]

El experto señala que la planta CIGRI aumentaría los niveles de saturación ambiental de Til Til en todos los aspectos, pero con énfasis en la emisión de material particulado. Según él mismo demostró empíricamente, ya hay altas concentraciones de arsénico y plomo en aguas del estero de Til Til y en aguas del Embalse Agrícola de Rungue, a lo cual esta nueva instalación contaminante se sumaría.

Señala, asimismo, que hay antecedentes como el de la planta Refimet, que comprueban que pese a lo prometido, estas instalaciones contaminan: plantas «debidamente impermeabilizadas» por protecciones de polietileno de alta densidad, como las de CIGRI, han infiltrado napas y aguas superficiales.

Según el médico, la presencia de elementos tóxicos tales como arsénico y metales pesados tóxicos (plomo, manganeso, cromo, mercurio), además de la emisión de dioxinas, furanos, policlorobifenilos clorados y bromados e hidrocarburos policíclicos aromáticos, podrían llegar a generar mutaciones, cáncer, malformaciones fetales e imprinting epigenétíco o desprogramación celular.

La sobreexposición permanente y crónica a material particulado, por su parte, tendría como efecto más notorio el aumento de la mortalidad por cáncer broncopulmonar, de acuerdo a lo consignado por el estudio citado de Rivara & Corey en 1995, que interpreta la causalidad entre contaminación de material particulado y muertes por cáncer broncopulmonar en ciudades de Chile.

La contaminación que producirá esta planta perjudicará gravemente desde luego a la localidad, amenazando a Montenegro, Rungue, Tiltil, Huertos Familiares y Polpaico. Pero no termina en Til Til: toda la cuenca de Santiago podría verse afectada, por los flujos de aire y agua desde Rungue a la cuenca metropolitana. En otras palabras, no solamente hablamos de un conflicto que afecta a los habitantes de Til Til, sino que está en riesgo -al menos de manera probable- la salud de todos los habitantes de la Región Metropolitana que acceden a las aguas de la cuenca de Santiago.

5.- Haremos de Til Til una zona de sacrificio

Esta carga contaminante hará de Til Til una “zona de sacrificio ambiental”. Til Til es una de las dos zonas asignadas con ISAM 6 en la Región Metropolitana, lo que implica que allí se puedan realizar “actividades de carácter peligroso”. Esta etiqueta, conscientemente asignada al territorio, y razón por la cual han ido a dar allá tantas industrias contaminantes, ha llevado al Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) a llamar a Til Til un territorio de “sacrificio ambiental”. Según los estudios de la propia empresa, la planta CIGRI proyecta recibir hasta el 48% de los residuos tóxicos de todo el país. Se trata de una muy desigual distribución de las cargas ambientales.

6.- La débil institucionalidad medioambiental

El marco legal e institucional que tenemos en Chile en materia medioambiental está diseñado para la aprobación de proyectos, por mucho que estos destruyan nuestro territorio y atropellen a las comunidades sin permitirles decidir democráticamente. Nuestros estándares están muy por debajo de los parámetros internacionales, en los cuales es inconcebible que se instaure una zona de sacrificio de un área poblada, con valor histórico, patrimonial, cultural y con riesgo de contaminación de recursos vitales.

¿Qué hacer? Urge modificar la ley de bases del Medioambiente a fin de que se contemple la figura de “Zona de Sacrificio Ambiental”, que no existe en nuestra rudimentaria legislación. La experiencia comparada exige que para la instalación de este tipo de plantas de desechos industriales tóxicos, se consignen secciones de territorios claramente deslindados, sin población civil, sin valor patrimonial y habitualmente desérticos, sin riesgo de contaminación de recursos hídricos y medioambientales valiosos, y con participación ciudadana vinculante de las comunidades circundantes. Estos son criterios que, como es evidente, no se cumplen en la comuna de Til Til. Queremos el desarrollo, sí, pero no uno a costa de nuestros pueblos sino a la altura del horizonte que le debemos a nuestros hijos. No más habitantes de Chile condenados a vivir poniendo en riesgo su salud y la de sus familias.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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