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Día del Sobregiro de la Tierra

Por: María Jesús Ovalle Barros


Señor Director:

El Día de Sobregiro de la Tierra corresponde al momento del año en que la humanidad utiliza los recursos que el planeta es capaz de renovar anualmente. Esta estimación realizada por la Global Footprint Network hace más de 40 años, se presenta como la cantidad de planetas necesarios para mantener el estilo de vida evaluado. Mientras que en 1971 este día fue el 21 de Diciembre, en 2017, a pesar de la sensación generalizada de estar haciendo las cosas de manera cada vez “más verde”, este día fue el recién pasado 2 de agosto, es decir, actualmente se necesitan cerca de 1,7 planetas para mantener nuestra civilización, lamentable, solo tenemos uno.

Dada la cantidad de datos, de infinidad de temas, que recibimos constantemente en esta era de la hiperconectividad, para muchos resulta difícil interiorizar y visualizar la gravedad y relevancia de múltiples situaciones con las que convivimos. Agotar en agosto los recursos naturales anuales supone una serie de riesgos, incluyendo nuestra continuidad como especie, ya que en palabras simples estamos gastando más recursos de los tenemos, lo que lógicamente no supone sostenibilidad ni sustentabilidad de ningún tipo, y obliga a continuar el resto del año en base a recursos “del otro año”, sin respetar los procesos ni plazos de la renovación planetaria, acelerando así su agotamiento y sobre-explotación. Entonces, ¿Cómo podremos asegurar agua fresca, disponibilidad de alimentos o materiales de construcción a las generaciones futuras si estamos “derrochando” recursos y utilizando hoy aquello que debería reservarse para aquellos que están por venir?

Es fundamental otorgar a las temáticas ambientales la relevancia que les corresponde, no solo hablamos de pérdida de biodiversidad o cambio climático, sino también de los insumos y recursos que nos sustentan como seres humanos en siglo XXI y sin los cuales las condiciones de vida que nos resultan familiares no serán más que un recuerdo de antaño. Es momento en que se tome conciencia sobre las implicancias planetarias de nuestros estilos globalizados y destructivos de producción y consumo. No necesitamos más indicadores que nos muestren lo mal que lo estamos haciendo, sino cambios reales en nuestros hábitos, unos que sean capaces de hacer retroceder el día del sobregiro. Las generaciones presentes y futuras deben aprender a vivir con lo que tienen disponible, la realidad física planetaria es finita y si se mantiene la actitud pasiva-reactiva de esperar que los recursos pierdan su capacidad de resiliencia para intervenir, ya será muy tarde para remediarlo. La humanidad en su totalidad debe aprender a desarrollarse y desenvolverse de manera más armónica con su entorno, ya que sin recursos naturales disponibles, no habrá cooperación, guerra ni diplomacia capaces de subsanar la situación.

María Jesús Ovalle Barros
Ingeniera en Recursos Naturales Renovables (Universidad de Chile)
Estudiante último semestre Magister en Relaciones Internacionales (PUCV)
Directora Velehuen ONG

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