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Aumento del VIH

Por: Miguel Alarcón Gutiérrez


Señor Director:

Recientemente ha salido a la luz pública la notificación del aumento del VIH del 35% entre los años 2010-2015, la mayor cifra entre los países de Latinoamérica. Llama la atención que esta información haya sido publicada inicialmente por un organismo internacional (ONUSIDA), antes que las vías oficiales de nuestro país.
Se ha argumentado que esta elevada cifra se debe al aumento de la realización de pruebas, pero esto significa no ver el problema desde la perspectiva multidimensional que merece. Sin embargo, el objetivo de esta misiva no es buscar causas, sino analizar posibles medidas de respuesta a esta epidemia.
Está claro que existe una falta de educación sexual, acceso a preservativos gratuitos, programas preventivos con foco en grupos de riesgo, de lo que ya mucho se ha escrito y, es de esperar, algo se hará al respecto. Pero también debemos considerar las barreras institucionales que empeoran la situación actual y pueden actuar como piedra de tope de cara a futuras mejoras,. Aquí se expondrán algunos obstáculos identificados en el sistema de vigilancia, diagnóstico y tratamiento de Chile.

La vigilancia

La vigilancia epidemiológica está a cargo del Instituto de Salud Pública (ISP) quien identifica y confirma los nuevos casos, llevando así las estadísticas oficiales. El último informe del ISP no hace mención alguna sobre el contagio sexual entre hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), teniendo en cuenta de que ésta es la principal vía de transmisión en la región. En Chile se ha cifrado la prevalencia del virus en un 21,1% entre HSH, es decir, entre este grupo de personas uno de cada 5 porta el VIH. Se sabe que este organismo reúne la información de posibles vías de transmisión al confirmar el diagnóstico. Por lo anterior se pueden suponer dos escenarios posibles: primero, que no hay información suficiente a causa de falta de rigurosidad al completar la información; o segundo, que los datos no sean considerados importantes, lo que hablaría de una falta muy grave.
Por lo anterior, es necesario fortalecer el sistema de vigilancia, educar a quienes hacen el diagnóstico y quienes reúnen una información esencial para identificar grupos de riesgo, sin estigma, y así visualizar el problema con las reales dimensiones que tenga.

El diagnóstico

La realización de exámenes de VIH actualmente está limitada al contexto clínico o de laboratorio, además requiere una orden médica y, en el momento de la realización, la presentación de documento de identidad y un consentimiento firmado por parte de la interesada o interesado. Esto se traduce en obstáculos para lograr un diagnóstico precoz, que ha demostrado ser efectivo para disminuir los nuevos casos de infección y disminuir las consecuencias para la salud de las personas infectadas.
El aumento de la realización de exámenes del VIH se puede lograr sólo si quitamos barreras para que quienes están en riesgo se los realicen. Se ha demostrado que el facilitar el acceso y ofrecer pruebas fuera del circuito asistencial, como ONG’s o centros comunitarios, es más efectivo para detectar casos. Para esto es imprescindible quitar estas barreras: no es necesario una orden médica, tampoco lo es realizar las pruebas rápidas en laboratorio o centros asistenciales, o que la prueba la realice un profesional de enfermería si es una punción cutánea. También se ha de revisar el circuito de confirmación y notificación (a cargo del ISP), que pone más obstáculos.

El tratamiento

Actualmente, la guía ministerial de tratamiento del VIH continúa la recomendación de iniciarlo una vez que los niveles de CD4 (defensas del organismo) bajan de un rango establecido. Esto significa retrasar el tratamiento incluso en años, lo que se traduce en peor pronóstico de la persona y mayor contagio en la población. Estudios y guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) demuestran los beneficios y recomiendan el inicio del tratamiento antirretroviral desde que se realiza el diagnóstico. Por esto se deben actualizar las guías nacionales de acuerdo a la evidencia científica actual para poder así mejorar el pronóstico de los portadores y disminuir también la propagación del virus.

Miguel Alarcón Gutiérrez
Médico – Máster en Salud Pública

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