Publicidad

Una celebración en la incertidumbre: Día Mundial de la Filosofía en Chile

Claudia Muñoz Tobar
Por : Claudia Muñoz Tobar Profesora y Magister en Filosofía. Doctora en Lingüística. Académica de la U. de Concepción.
Ver Más


El próximo 16 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Filosofía. Durante esa jornada, y en las inmediatamente cercanas, las universidades y escuelas chilenas realizarán mesas redondas, conferencias, foros, conversatorios y otras tantas actividades en las que se reflexionará sobre la importancia de la filosofía y las humanidades en la formación de los jóvenes.

El Día Mundial de la Filosofía es una oportunidad para situarse en un nivel reflexivo superior y necesario, una ocasión, en medio del acelerado ajetreo diario, de hacer una pausa para pensar en el sentido de las actividades de investigar y formar personas bajo las inspiraciones y valores que identifican a esta antigua y admirada disciplina. Hay, sin embargo, un elemento adicional que considerar en la celebración que se avecina. A la altura de ese jueves 16 de noviembre habrá transcurrido un año y pocos meses desde que la ministra de Educación declarara públicamente, a través de un inserto en El Mercurio (del 8 de septiembre de 2016), que no se eliminaría la asignatura de filosofía del currículum de 3º y 4º medio, y que, además, el Ministerio estudiaba de qué manera incorporar la formación filosófica a la enseñanza técnico profesional y artística.

La ministra desmentía con su comunicado que en las bases curriculares elaboradas por el Ministerio se considerara la exclusión de la asignatura de filosofía del Plan Común de la enseñanza media científico-humanista, único lugar de la asignatura en la educación escolar chilena. ¿Significa entonces que tenemos un motivo especial para celebrar en Chile el Día Mundial de la Filosofía? Lamentablemente, no todavía.

En ese mismo inserto, y en negritas, la ministra señala (o quizás habría que decir “advierte”) que el Ministerio “no tiene la facultad de realizar ajustes curriculares por sí solo”, sino que es el Consejo Nacional de Educación (CNED), una institución autónoma, el que debe evaluar y aprobar sus propuestas.

[cita tipo=»destaque»] Las bases curriculares del Plan Común de 3º y 4º medio, donde la asignatura de filosofía no sólo se mantiene, sino que se extiende, como anunciaba la ministra, a las otras dos modalidades de enseñanza media, ya fueron analizadas por el CNED y devueltas al MINEDUC con varias observaciones y, en particular, con la inquietante solicitud de que se revise la “pertinencia del número de asignaturas”, en consideración del carácter diferenciado que la LGE estipula para la formación en la etapa terminal de la enseñanza media y de la mejor integración y asimilación de contenidos, que se vería favorecida con un número menor que el sugerido.[/cita]

Las bases curriculares del Plan Común de 3º y 4º medio, donde la asignatura de filosofía no sólo se mantiene, sino que se extiende, como anunciaba la ministra, a las otras dos modalidades de enseñanza media, ya fueron analizadas por el CNED y devueltas al MINEDUC con varias observaciones y, en particular, con la inquietante solicitud de que se revise la “pertinencia del número de asignaturas”, en consideración del carácter diferenciado que la LGE estipula para la formación en la etapa terminal de la enseñanza media y de la mejor integración y asimilación de contenidos, que se vería favorecida con un número menor que el sugerido.

La estructura del Plan Común en la propuesta ministerial considera diez asignaturas organizadas en tres áreas de aprendizaje: Artes, Filosofía, Lengua y literatura, Ciencias naturales, Educación ciudadana, Matemática, Historia, geografía y ciencias sociales, Orientación, Religión y Educación física y salud. La solicitud de revisión ha generado bastante preocupación entre los profesores de filosofía, pues no existe ninguna indicación acerca de los criterios que se aplicarán para decidir qué asignaturas serán excluidas del plan de formación general.

Así las cosas, el futuro de la filosofía en la educación chilena se encuentra, tal como advirtió la ministra, en manos de los consejeros que conforman el CNED. Confiamos, sin embargo, en la seriedad que exigen las decisiones en educación.

La inspiración esencialmente pedagógica del desafío que nos plantea la filosofía de buscar y examinar con rigor y dedicación las razones en que se sostienen nuestras formas de pensar, opinar y actuar, y el de  dialogar  respetuosamente desde nuestras indudables diferencias, representa para los jóvenes una oportunidad de formación y expansión de sus capacidades, que no ofrecen otras asignaturas y que, por lo mismo, se les negaría al limitar o eliminar el ejercicio filosófico de la educación escolar.

Entre los objetivos de la institución del Día Mundial de la Filosofía, declarados por la UNESCO en el año 2005 (Resolución 33 C/45), se encuentran el de hacer un balance de las dificultades del acceso a la enseñanza de la filosofía y subrayar la importancia de preservarla y ampliarla para las futuras generaciones. Quienes en distintos contextos hemos abrazado la responsabilidad de la enseñanza de la filosofía, el fomento de su práctica y la formación de los nuevos profesores e investigadores, nos mantenemos en atenta espera, con la esperanza que generan las buenas razones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias